Gerardo Hiriart L.
Coordinador Adjunto del Comité de Energía del CICM
Una de las opciones tecnológicas que ha cobrado mucha importancia en el esfuerzo por lograr cero emisiones netas en el año 2050 es continuar con la quema de combustibles fósiles, pero sin emitir gases de CO2 a la atmósfera. La técnica que más se ha desarrollado es aquella en la cual, mediante unos filtros con enzimas colocados en la chimenea de la caldera que quema carbón o algún hidrocarburo y allí remover el CO2 de los gases calientes para luego comprimirlo para llevarlo a alta presión (de manera que sea muy denso) mediante tuberías hasta zonas donde se pueda inyectar al subsuelo para dejarlo allí sepultado por mucho tiempo. Estos sitios, adecuados para el almacenamiento son domos salinos, parecidos a grandes cavernas subterráneas muy impermeables. Otro almacenamiento ideal es el uso de yacimientos de gas natural, ya abandonados por baja producción, donde se estima que, si ese yacimiento fue capaz de almacenar miles de año gas, también podría almacenar CO2
Una opción que se está haciendo cada vez más usada es la que en lugar de capturar el CO2 en la descarga de la chimenea y comprimirlo y conducirlo largas distancias para su inyección a cavernas, consiste en instalar membranas capaces de extraer el CO2 del aire e instalándolas al pie del pozo en donde se desea inyectar para sepultar el CO2. Aunque los filtros para capturar el CO2 directamente del aire, necesariamente deben ser mucho más grande que los que se usarían en la descarga de la chimenea donde el CO2 va muy concentrado, el ahorro en largas tuberías de conducción resulta muy significativo.
Es interesante notar en este último caso el concepto de “neto”. Aquí la planta termoeléctrica sigue descargando CO2 a la atmósfera, pero otra empresa independiente (o posiblemente asociada con la termo) captura la misma cantidad de CO2 de la atmósfera y la almacena en el subsuelo. Este proceso es evidentemente de cero emisiones netas, pero discutible esa mancha negra para los defensores del medio ambiente que significa seguir quemando carbón u otro combustible descargando el CO2 a la atmósfera.
Lo anterior ha llevado a otra estrategia para proclamar cero emisiones netas. Alguna empresa puede dedicarse a reforestar miles de hectáreas y reclamar que está capturando CO2 y almacenándolo (como celulosa) por la vida útil de los árboles.
Actualmente en el mundo se está impulsando el crecimiento de un mercado de CO2 donde los que se dedican a capturarlo pueden ser recompensados con lo que se les cobre a aquellos que lo emitan. Hay que seguir con atención el desarrollo de esta tecnología que cuenta con fuerte patrocinio de empresas del carbón y del petróleo para abatir emisiones sin cambiar el uso de hidrocarburos y carbón en la generación. Sólo proclamado cero emisiones “netas”