En México la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos establece en su Artículo Cuarto, tercero y sexto párrafos, el derecho de todos los mexicanos a la alimentación y al agua.

Es sabido que la producción de alimentos se lleva a cabo en zonas de temporal y en zonas con irrigación. En el segundo caso las aguas provienen principalmente del agua de lluvia que escurre en los ríos y que se almacena en numerosas presas ubicadas en toda la superficie del territorio nacional. El agua de las presas se distribuye a través de sistemas de canales hasta llegar a las parcelas de los productores agrícolas.

En algunos casos el agua almacenada en las presas se utiliza para el abastecimiento de agua potable de las ciudades y en la satisfacción de las necesidades de las industrias ubicadas en las diversas entidades del país.

La mayor parte de los caudales que se extraen de las presas se destinan a los usos agrícolas, correspondiendo las menores extracciones a los usos industriales y al abastecimiento de agua potable.

México es un importante productor agrícola tanto en zonas de riego como de temporal, lo que ha permitido exportar sus productos y tener una balanza comercial favorable entre las exportaciones y las importaciones, aunque actualmente se importan anualmente del orden de 10 millones de toneladas de diversos tipos de granos.

Por otra parte las lluvias que no llegan a las presas se infiltran en el subsuelo, formando los denominados acuíferos que constituyen una gran reserva de agua subterránea, de los cuales se extrae más del 70% del agua que abastece a las ciudades y a la industria, acuíferos cuya capacidad de almacenamiento es mucho mayor que la de todas las presas del país.

Los usos agrícolas constituyen la mayor demanda de agua superficial y subterránea del país, por lo que el uso eficiente del agua en la infraestructura destinada a la agricultura es de enorme importancia para el futuro de nuestro país.

Por otra parte, el cambio climático que se presenta a nivel mundial trae como consecuencia la elevación de temperaturas y cambios severos en la frecuencia, intensidad y ubicación de las lluvias que son el principal factor en el balance hídrico, presentándose sequías intensas en varios lugares del país, así como lluvias de mayor intensidad en otras regiones que provocan inundaciones. Ello se debe a que nuestro país está ubicado en una franja geográfica en la cual se ha demostrado que existe la tendencia a la ocurrencia de dichos cambios climatológicos.

Para enfrentar estos cambios extremos y disminuir la vulnerabilidad a las sequías y a los excesos de agua, es preciso aumentar la resiliencia de nuestra infraestructura ante estos fenómenos y establecer nuevos esquemas de construcción, operación, conservación y mantenimiento, que permitan hacerle frente a las amenazas y riesgos del cambio climático.

En el Colegio de Ingenieros Civiles de México se han analizado diversas acciones que permitirían incrementar la resiliencia de la infraestructura ante los excesos y los déficits de agua, para mitigar su impacto en el abastecimiento a las poblaciones, a la industria y particularmente a la producción de alimentos en la agricultura, entre las cuales se pueden mencionar las siguientes:

Acciones relacionadas con la resiliencia de la infraestructura de las aguas superficiales:

a) Implementar una política pública que concientice a la población en el uso sostenible del agua superficial en todas las poblaciones urbanas, consumiendo solamente la estrictamente indispensable, impulsar la reutilización de las aguas residuales de las poblaciones, debidamente tratadas, cumpliendo con la normatividad vigente y utilizarlas para el riego de las áreas públicas verdes, usos industriales, etc., es decir, procurar el máximo reciclaje posible a nivel urbano e industrial, minimizando las descargas fuera de su delimitación poblacional. En caso de ser posible, se recomienda utilizar las aguas residuales tratadas de las poblaciones en la agricultura y de ser posible utilizar las aguas claras liberadas en fines urbanos e industriales, optimizando de esa manera el uso de las fuentes de abastecimiento.

b) Desarrollar planes, políticas y programas de acciones, debidamente fundamentados en lo legal, técnico, económico, social y normativo, con el objetivo de alcanzar altos niveles de operación, conservación y mantenimiento de la infraestructura vinculada con todos los usos del agua, como el riego, el agua potable y la industria, entre otros, con la finalidad de disponer de un óptimo mecanismo de gestión del agua, para disponer del agua rescatada y almacenarla en las fuentes de almacenamiento, aumentando la resiliencia de la infraestructura del agua en las presas, incluyendo acciones tales como su desazolve y la sobreelevación de las cortinas para aumentar su capacidad.

c) Generar a nivel nacional la legislación, la reglamentación y la normatividad necesaria para que las autoridades locales eviten el desarrollo de asentamientos humanos en zonas de alto riesgo de inundaciones o de deslaves ante la ocurrencia de fenómenos extremos de lluvias de gran intensidad, aumentando así la resiliencia para evitar la pérdida de vidas humanas y de daños físicos y económicos a la infraestructura relacionada con esos asentamientos.

d) En zonas agrícolas de riego, donde está el mayor volumen de agua disponible y que es utilizado para la producción de alimentos, se requiere desarrollar acciones para tecnificar los sistemas de riego para ahorro de agua e incremento de la producción, capacitar a los usuarios del riego en el uso sostenible, lo que requiere concientizarlos sobre la importancia y la escasez del recurso hídrico. Con estas acciones se lograría el uso eficiente y el ahorro de agua requerido para hacer frente a las necesidades de agua en tiempos de sequía y enfrentar con mayor resiliencia la falta de agua en el campo mexicano.

Acciones relacionadas con la resiliencia de la infraestructura de las aguas subterráneas:

a) Las acciones de resiliencia más importantes para enfrentar las adversidades del cambio climático y los problemas para el suministro de agua a la población urbana, a la rural, a las industrias y para la producción de alimentos, se encuentra en el cuidado y gestión de los acuíferos, cuya capacidad de almacenamiento representa un mayor porcentaje con respecto a la disponibilidad de las aguas superficiales del país.

b) En México de los 653 acuíferos un 17% se encuentran sobreexplotados (CONAGUA, 2014) y un 37% sobre concesionados (CONAGUA, 2018), lo que indica que se deben tomar medidas estrictas para revertir su sobreexplotación y en los sobre concesionados tomar medidas administrativas rigurosas que permitan disminuir los volúmenes autorizados en exceso. Lo anterior permitiría que se disponga de agua subterránea suficiente con la resiliencia necesaria para superar los eventos de sequías en el presente y en el futuro, asegurando agua para las poblaciones y las futuras generaciones.

c) Respecto a las acciones de resiliencia para el agua extraída del subsuelo y su utilización en la agricultura, se deben adoptar acciones para evitar las pérdidas por infiltración en las obras de distribución del agua desde los pozos .hasta las parcelas y reducir el uso excesivo dentro de las parcelas tecnificando el riego sin reducir la productividad e inclusive aumentándola, con lo cual se reduciría y hasta se evitaría la sobreexplotación de algunos acuíferos, procurando reservar el agua para períodos prolongados de sequías y de disminución de lluvias.

Estas acciones de resiliencia de las obras de infraestructura para el aprovechamiento de las aguas subterráneas son extensivas a los usos del agua para fines de abastecimiento a las poblaciones, ya que el porcentaje de fugas en las redes de distribución en el país es del orden del 40%. Reduciendo lo más posible ese porcentaje y reduciendo los consumos excesivos a través de la medición domiciliaria y de tarifas que reflejen los costos reales del servicio, se podría contar con fuentes subterráneas disponibles para las necesidades urbanas e industriales en un futuro previsible.

Ing. César Octavio Ramos Valdés
Ing. Luis Robledo Cabello
Miembros del Comité del Agua del CICM

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