El famoso correo institucional enviado por Martín Borrego en el que solicitó el Museo Nacional de Arte para el supuesto festejo de las relaciones diplomáticas entre México y Rumania no llegó directo al buzón del director Héctor Palhares, aunque la carta sí estaba dirigida a él. Tampoco cayó a la Dirección de Asuntos Internacionales del Instituto Nacional de Bellas Artes, como marca el protocolo para un evento de esa naturaleza. El primer paso que dio el entonces Jefe de Oficina de la cancillería para organizar su fiesta fue enviar la solicitud al patronato del museo.
Como parte del seguimiento a la investigación por “La (no) boda fifií en el MUNAL”, revelada la semana pasada en este espacio, tuve acceso al intercambio de correos electrónicos entre el director del MUNAL y dos trabajadoras del patronato. El miércoles 11 de septiembre, a las 3:29 pm, Patricia Medina, asistente de coordinación le envió a Mariana Canales, coordinadora operativa, un mensaje titulado: “Permiso evento SRE”. El contenido era escueto. “Evento: 89 aniversario relaciones diplomáticas México-Rumania. Fecha: 4 de octubre 2024. Horario: 19 a 22 hrs. Personas: 80. Espacios: colección permanente y salón de recepciones”. A su vez, dos horas más tarde, Canales le envió la cadena a Palhares. “Buenas tardes, Héctor. Nos apoyas a revisar este tema del evento de Cancillería con la persona correspondiente para liberarlo?”.
En un tercer correo el mismo día, Palhares se dirigió a Martha Carolina González, directora de asuntos internacionales del INBAL: “Estimada Lic. González Ríos, reciba un saludo afectuoso, al tiempo de solicitar su amable autorización para esta petición que nos hacen de SRE para el uso del salón de recepciones del MUNAL. Antes de solicitar el visto bueno de la maestra Lluvia Sepúlveda (coordinadora de Artes Visuales), como nos fue instruido, acudo a usted al tratarse de un evento con representantes diplomáticos. Cabe señalar que el evento, el uso del espacio y los gastos operativos serán operados por el patronato del museo”.
Esta información es relevante porque el patronato del MUNAL no cobra lo mismo cuando se trata de un evento de gobierno, que de un acto privado. Con la fachada del acto diplomático claramente hubo un daño al erario. ¿Lo sabe el director del Patronato y fundador de Banamex, Roberto Hernández, y su subdirector, Valentín Diez, dueño del Toluca? ¿Lo sabe la nueva secretaria de Cultura, Claudia Curiel de Icaza?
Del lado del gobierno, también sobran preguntas. En las fotografías de la boda aparecen cónsules y embajadores de distintas partes del mundo. Ellos no pudieron abandonar sus sedes diplomáticas así como así. Para viajar a México requerían permiso de su respectiva área política. Si responden a América Latina y el Caribe, de ahí debe venir el permiso. Si responden a Europa, de ahí debe venir el permiso. ¿Quiénes lo avalaron? ¿Cuál fue el motivo? Según la excanciller Alicia Bárcena “todos fueron ahí con otra idea”. ¿En serio Martín Borrego y su esposo engañaron a 70 invitados a pesar de que les mandaron mesa de regalos y cuenta bancaria para depositar en euros? ¿De qué sirve que la presidenta Claudia Sheinbaum lea la carta advirtiendo cero tolerancia a los lujos y abusos, si dos días después deslinda de toda responsabilidad a la propia Bárcena?
Stent:
En Semarnat juran que el escándalo fue filtrado desde la SRE. Así ha de estar la disputa interna en el gabinete. Están muy equivocados.