Desde 2018, cuando Ricardo Monreal recién había llegado al Senado como líder de Morena, varios integrantes del Poder Judicial de la Federación entraron en alerta al escuchar sus amenazas sobre las remuneraciones. Identificaron que el sexenio no terminaría sin cambios para ellos, pero tampoco imaginaron las dimensiones de lo que está por suceder.

Irónicamente, esa incredulidad hoy ha propiciado un frente de defensa que no tiene nombre y apellido. Para esta columna consulté a varios jueces y magistrados de circuito que relataron cómo se gestó el paro de labores que comenzó esta semana.

En febrero, ante las amenazas del Presidente López Obrador, llegaron las respuestas académicas de parte de especialistas jurídicos. Una de ellas fue la del grupo de profesores de la UNAM, quienes horas después enfrentaron el rechazo de la propia universidad. Eso abonó a que el ejecutivo los ignorara y a que el legislativo apostara por un diálogo piramidal: platicamos con las cabezas y que se den por enterados los empleados. Ahí estuvo el primer error.

En los días recientes, el dictamen final que se discutirá este lunes tomó un tono más agresivo. Además de lo ya conocido, en el Poder Judicial de la Federación saltaron cuando vieron la creación de un órgano que sancionará a ministros y que se encargara de manejar todo el presupuesto. Políticos manejando el dinero del Poder Judicial. ¿Qué podría salir mal? Segundo error.

El tercer error desde el poder vino con la amenaza del artículo décimo transitorio que afectaba los derechos laborales de los trabajadores, pero lo que más los asustó fue el cambio de sus patrones. Las fuentes relatan que hay secretarios de acuerdos, quienes se encargan de hacer los proyectos de resoluciones, que llevan entre uno y 10 intentos de concursos de oposición para ascender a ser jueces o magistrados. En otras palabras, cumplir sus objetivos y sueños laborales.

Esa gota derramó el vaso y levantó a la base trabajadora real, no a la sindical que ya se estaba acomodando para negociar, a través de sus líderes. Fue cuando jueces y magistrados comenzaron a crear contenido y material de lo que representaba la reforma.

El viernes 16 llegó el anuncio de paro. Muchos lo consideraron un error porque el fin de semana abriría la puerta a las presiones, pero esos mismos días también sirvieron para que apareciera la comunicación a través de los chats privados entre jueces y magistrados. Unos incluso cuestionaron qué le dirían a sus hijos el día de mañana cuando exigieran una explicación de qué pasó con sus trabajos, otros que con qué cara dirían que los gobierna otro poder.

Llegó el día del voto e internamente quedaron sorprendidos por el resultado. Nadie preveía que viniera un análisis de conciencia de esas magnitudes. Las fuentes consideran que de los 200 que votaron contra el paro, 50 son traidores y los otros 150 son temerosos.

Les queda un camino: apelar a que la crisis siga formando el sentimiento de familiaridad; la idea de que no se cuida un trabajo ni un sueldo, porque muchos incluso tienen su futuro asegurado, sino una visión de patria y de país.

¿Resistirán?

Stent:

Mientras Jenaro Villamil anda desesperado buscando un hueso, le siguen llegando las malas noticias. Una empresa le acaba de ganar el pleito por un terreno en Taxco, donde quiso poner una de sus antenas fantasma.

Únete a nuestro canal ¡EL UNIVERSAL ya está en Whatsapp!, desde tu dispositivo móvil entérate de las noticias más relevantes del día, artículos de opinión, entretenimiento, tendencias y más.