Las consecuencias no tardaron en llegar. En octubre del año pasado, publiqué en este espacio la columna titulada “Pemex esconde ventas a Cuba; teme castigo en EU” (https://shorturl.at/jkBV5). En ese entonces tuve acceso a una nota informativa de la empresa en la que la Gerente Jurídica de Cumplimiento Legal y Transparencia, Laura Alicia Stefany Garduño Martínez alertaba a la Directora Jurídica, Luz María Zarza Delgado, de las consecuencias de venderle producto al régimen de la isla.
El documento relataba que, desde julio, Pemex había desarrollado operaciones de venta de exportación con la empresa estatal cubana Coreydan, a través de la empresa filial Gasolinas Bienestar, por un monto de $1,128 millones de pesos. Líneas más adelante, el oficio explicaba que Cuba es un país sancionado por la Oficina de Control de Activos Extranjeros del Departamento del Tesoro de Estados Unidos y enlistaba las consecuencias legales y financieras de continuar en ese camino.
A nadie le importó. A través de fuentes internas pude conocer que el gobierno de Estados Unidos comenzó a negar visas para funcionarios de Pemex. La primera afectada es precisamente la destinataria de la advertencia: Luz María Zarza Delgado, Directora Jurídica. El segundo es Miguel Ángel Lozada, exdirector de Pemex Exploración y Producción, pero que de facto sigue mandando ahí. Estuvo acusado a inicios de sexenio de enriquecimiento ilícito por casi 30 millones de pesos y de participar en la Estafa Maestra. Al final, libró ambas investigaciones y los asuntos quedaron archivados.
También pude conocer que Pemex comenzó a fortalecer sus relaciones comerciales con Venezuela. Hace un mes aproximadamente el Director y agrónomo Octavio Romero Oropeza viajó al país sudamericano. Desde entonces, el embajador venezolano Francisco Javier Arias Cárdenas entra y sale de las oficinas de Pemex como si fuera su casa. El plan es comprarle petróleo a la dictadura de Nicolás Maduro, pero también compartir a los proveedores mexicanos para que vayan a trabajar allá. La noticia no cayó bien en las empresas privadas que abiertamente han expresado sus temores de lo que significaría aliarse con ese gobierno. Varios, de plano, están pateando la pelota lo más lejos que pueden.
Mientras, los problemas internos en Pemex continúan a tope. El lunes, el Consejo de Administración autorizó la compra de una planta en Tuxpan, Veracruz a la empresa Servituxpan por 6 mil millones de pesos. Un sobreprecio que trae la inevitable comparación con Fertinal o Agronitrogenados. La firma sería el miércoles, día que encontraron la granada en los jardines de la torre central, pero eso no fue lo que la detuvo sino desacuerdos en las cláusulas.
Stent:
Ignorar las señales que manda Estados Unidos puede tener graves consecuencias. Te lo digo, Juan, para que me entiendas, AMLO.