La Base Aérea Militar de Mérida, Yucatán, está ubicada a un costado del aeropuerto internacional Manuel Crescensio Rejón. Tiene varias villas, pero destaca una conocida como “La casa de piedra”. Esa es el principal punto de operaciones del presidente López Obrador cada vez que visita el estado. Por cuestiones de seguridad, comodidad y atenciones no trabaja en un punto que no sea ese.
Otra de sus costumbres es que siempre se hospeda en el hotel Fiesta Americana, aunque el pasado fin de semana durmió en el Hyatt Regency, de avenida Colón. De ahí salió el domingo, para dirigirse a la Base Aérea Militar a un encuentro programado con el gobernador, el panista Mauricio Vila, y a un sobrevuelo por la ruta del Tren Maya.
El trayecto del hotel a la Base Aérea Militar es de alrededor de 22 minutos. En ese recorrido, el presidente comenzó a sentirse mal. Su convoy ya estaba muy cerca de llegar a “La Casa de Piedra”. El presidente bajó por su propio pie de la camioneta e ingresó. Lo sentaron en una de las salas y ahí sucedió el famoso desvanecimiento que primero reportó el Diario de Yucatán, que luego negó su equipo cercano y que finalmente él terminó por reconocer este miércoles.
“La casa de piedra” es un lugar bajo estricto control. Sólo tienen acceso los militares, los invitados especiales del presidente y el personal del servicio de banquetería que trabaja regularmente en esa clase de visitas de alto nivel.
En medio del susto que representó el desvanecimiento de López Obrador, unas voces llamaban a los médicos, otras comenzaron a pedir que se diera la alerta en tres hospitales locales, entre ellos el Centro Médico de Las Américas y la Clínica de Mérida. Esas eran las principales opciones para atender la emergencia, pero el Presidente lo rechazó. Charoleó a los militares, como él mismo reveló.
A unos pasos de la “Casa de piedra” estaban el resto de los invitados reunidos en otra villa, incluido el gobernador. Nadie tenía claro qué sucedía, no podían comunicarse con el exterior porque antes de ingresar a todos les quitaron los celulares. Un encargado de logística recogía los teléfonos uno por uno, en una especie de bolsas Ziploc, y anotaba el nombre del dueño.
Después de varios minutos, cerca de la 1:30 pm, los convocados recibieron sus teléfonos y la notificación de que la reunión había sido cancelada. El Presidente ya había despegado con rumbo a la Ciudad de México y en emergencia.
Stent:
Adarel Godoy Rodríguez es sobrino de la fiscal de la Ciudad de México, Ernestina Godoy. Ella anda en búsqueda de renovar su puesto, con ayuda de Claudia Sheinbaum. Adarel podría convertirse en un serio obstáculo para sus aspiraciones. Lo persigue una serie de deudas y audios en los que amenaza a sus víctimas. Asegura que nadie lo puede tocar porque su tía tiene influencias. Vaya que sí.