La jefa de Gobierno de la capital del país, Claudia Sheinbaum, afirmó que el Instituto Nacional Electoral (INE) le está “quitando a la Ciudad de México su representación en el Congreso de la Unión y eso nos parece totalmente injusto (…) si somos el segundo estado, bueno entidad de la República, con mayor número de habitantes” (EL UNIVERSAL, 20-9-21). La gobernante advirtió una actuación parcial del INE para “quitar diputaciones a los [estados] que tienen mayoría por parte de Morena” (ibídem).
Por la relevante investidura de quien realiza las aseveraciones y por la importancia del tema, corresponde poner sobre la mesa argumentos claros y datos duros, pues en democracia nos debemos una deliberación pública informada y respetuosa a la vez. Veamos.
La Cámara de Diputados se integra, como indica el artículo 52 de la Constitución, por 300 legisladores de mayoría relativa, cada uno electo en un distrito uninominal, y por 200 de representación proporcional. Y el artículo 53 precisa: “La demarcación territorial de los 300 distritos electorales uninominales será la que resulte de dividir la población total del país entre los distritos señalados. La distribución de los distritos uninominales entre las entidades federativas se hará teniendo en cuenta el último censo general de población, sin que en ningún caso la representación de un Estado pueda ser menor de dos diputados de mayoría”.
Al INE le corresponde actualizar la geografía electoral del país después de cada censo de población que realiza otro instituto autónomo, el INEGI.
Vayamos a los pasos que ordena la Constitución. Primero, tómese en cuenta el total de la población, que es de 126 millones de personas (126,014,024) y divídase entre 300, lo que arroja una cifra de 420,047 habitantes.
Enseguida, hay que dividir la población de cada entidad federativa entre esos 420 mil para saber cuántos distritos le corresponden. A la entidad más poblada, el Edomex, con casi 17 millones de habitantes le tocan 40 distritos (resultado de dividir 16,992,418 entre 420,047 que es igual a 40.45). A la Ciudad de México, con 9,209,944 habitantes, la fórmula constitucional le asigna 22 distritos. Jalisco, con 8.35 millones de habitantes, tendrá 20 distritos. Y así sucesivamente.
Luego, hay que asegurar que ninguna entidad tenga menos de dos distritos o diputaciones de mayoría relativa. En ese supuesto caerían Baja California Sur (798 mil habitantes) y Colima (731 mil), que contarán con dos distritos conforme a la Constitución.
Todo hasta aquí es diáfano. ¿De dónde puede provenir la controversia? En efecto hay entidades que, respecto a la foto de 2010, con el censo de 2020 “pierden” y “ganan” distritos y, con ellos, diputaciones. La CDMX pasará de 24 a 22 distritos mientras que Nuevo León irá de 12 a 14 distritos. Pero eso no quiere decir que haya sesgo del INE, sino lo contrario, el sesgo sería no atender a la demografía para trazar la geografía electoral pues ello permitiría que menos habitantes contaran con representantes de más y que entidades más pobladas resultaran subrepresentadas, dañando el principio de igualdad en la representación.
Por ejemplo, con los datos de 2010 el Distrito Federal obtuvo 24 distritos. Entonces la población nacional era de 112 millones y la capital tenía 8.85 millones (7.9% del total). Nuevo León tenía 4.65 millones de habitantes (4.1%) y le correspondieron 12 distritos. Diez años después la CDMX tiene 9.2 millones (7.3%) y Nuevo León 5.78 millones (4.6%). En una década la capital incrementó su población en 358 mil personas y NL en más del triple, 1.13 millones.
La población depende de la natalidad, la mortalidad y de la migración. Las entidades que en términos relativos atraen más gente y crecen más rápido en número de habitantes incrementan sus distritos; las de menor dinamismo demográfico, los reducen. Entre 2010 y 2020 la población total creció 12.4%; la de la Ciudad de México, mucho más lento, 4.1%.
En total, de las 32 entidades sólo 12 modificarán el número de distritos electorales federales a partir del censo 2020. Cinco obtienen uno más (Baja California, Coahuila, Puebla, Querétaro y Yucatán) y cinco uno menos (Guerrero, Edomex, Michoacán, Tamaulipas y Veracruz), mientras que Nuevo León suma dos y la CDMX resta dos.
Es la dinámica demográfica reflejada en cada censo lo que define si en una entidad hay más distritos o menos, no las preferencias político-electorales. Actualizar la geografía electoral en el país permite que toda persona tenga el mismo derecho a la representación, con independencia de dónde resida.
Consejero electoral del INE.