En últimas semanas ha estado en la prensa el nombre de Montserrat Juárez, una joven quien, a través de Facebook, conoció a Alejandro “N”, su feminicida. El caso cobró importancia después de que apareciera en redes sociales un video en el que tres sujetos -dos eran policías de la SSP-CDMX- descienden por las escaleras de un edificio en la alcaldía Miguel Hidalgo, cargando un cuerpo envuelto en sábanas. Vecinos del edificio habían denunciado previamente episodios de violencia que escuchaban desde el departamento donde asesinaron a Montserrat.
El día de su asesinato, agentes de policía acudieron al lugar, luego de ser llamados por el supuesto desvanecimiento de la víctima. Al llegar, la mujer se encontraba muerta. Un certificado médico falseado y el encubrimiento de ambos policías (por el precio de 5 mil pesos), permitieron que el cuerpo de Montserrat fuera trasladado a una funeraria para su cremación. Ello borraría la evidencia del feminicidio. Según los primeros reportes de la SSP, no había signos de violencia en el cuerpo de la víctima. El personal de la funeraria, sin embargo, detectó inconsistencias e irregularidades en los documentos presentados. Por ello, intentaron denunciar el hecho ante la fiscalía capitalina. Ahí, las agentes auxiliares del ministerio público se negaron a abrir una investigación o a hacer algo. Para entonces, el video subido por los vecinos del cuerpo de Montserrat bajando las escaleras ya era viral. Al verlo, personal de la Fiscalía Especializada en Búsqueda de Personas Desaparecidas (FIPEDE) lograron que policías de investigación de la misma Fiscalía acudieran al lugar, impidieran la cremación, recuperaran el cuerpo y determinaran que la causa de la muerte había sido “traumatismos múltiples” (fue asesinada a golpes). Hasta ese momento se comenzó a tratar -e investigar- la muerte de Montserrat como un feminicidio (acá es posible leer el reporte oficial).
Gracias a las redes sociales, y a varios funcionarios diligentes, se conoce el resto de la historia. La madre de Alejandro “N” drogaba a Montserrat para que no escapara, el padre llevaba “clientes” para que tuvieran relaciones sexuales con (violaran a) la joven por 500 pesos. Existen ya órdenes de aprehensión en contra de los dos policías auxiliares que participaron en el encubrimiento, se suspendió temporalmente a las dos agentes auxiliares que ignoraron la denuncia del personal de la funeraria, se detuvo a Alejandro N, así como a su padre y a su madre.
El caso, sin embargo, permite ver las muchas fallas del sistema de “justicia” penal: la corrupción de policías, el precio que tiene la impunidad, la negligencia de las agencias del ministerio público, la falta de coordinación entre instituciones. También permite ver una de las muletas usadas por policías y fiscales para perseguir delitos. De acuerdo con la fiscalía capitalina, Alejandro y su padre fueron detenidos inicialmente por “delitos contra la salud”. Desconozco si posteriormente se hayan agregado otros delitos a las acusaciones hechas contra estos hombres o si en este caso en particular se trataba de un negocio de narcomenudeo, pero la posesión de drogas es a menudo usada por las fiscalías cuando no pueden -por falta de capacidad o interés- demostrar otra cosa. Por esos mismos días, la fiscalía reportó la detención de otro hombre señalado por otro feminicidio, “junto con hierba verde con las características propias de la marihuana”. Los asaltantes de la joyería Antara de la CDMX fueron detenidos por narcomenudeo y portación de armas. La lista de casos mediáticos en los cuales la acusación es posesión de drogas o armas es larga. Ciertamente, en el fuero local, estos delitos apenas representan 4% del total de casos investigados. En el fuero federal, en cambio, los delitos contra la salud -particularmente la posesión- cobran un peso más importante.
Acusar a alguien de posesión de armas o drogas no requiere ningún trabajo por parte de fiscales o policías. La mera presentación de la persona con el objeto es suficiente. Por eso, especialmente en casos mediáticos que requieren una detención rápida, aparecen estos delitos. Pero es también frecuente que estos delitos se usen para extorsionar a personas y fabricar culpables. Celebro que el crimen contra Montserrat se esclarezca y espero no quede impune, pero ojalá sirva para poner luz a los problemas de un sistema que una y otra vez falla, deja delitos en la impunidad, criminaliza a inocentes y tolera la incompetencia.
Maestra y doctora por la Escuela de Derecho de la Universidad de Stanford en California.
@cataperezcorrea