El juicio de Genaro García Luna, exsecretario de Seguridad Pública federal ha acaparado múltiples columnas de opinión estos últimos 15 días. Durante la primera semana del proceso se llevó a cabo la selección del jurado consistente en 12 personas y seis suplentes. La segunda semana, a poco más de tres años del arresto del susodicho, finalmente se dio luz verde para iniciar con la presentación de testigos, evidencias, testimonios y todo lo que la Fiscalía federal posea en su arsenal para tratar de convencer (sin lugar a dudas) a todos los miembros del jurado de que, quien fuera el más poderoso exfuncionario de seguridad durante dos sexenios, recibió sobornos por parte de narcotraficantes y facilitó el tráfico de toneladas de cocaína hacia los Estados Unidos.

Si García Luna vivía una vida de millonario al término de su encomienda en el Gobierno, si abusó de su puesto haciendo negocios turbios a través de esta o si llevó a cabo vergonzosos e ilegales montajes como el de Florence Cassez, eso no importa en este momento ni se hablará de ello en el juicio. Todo se deberá centrar únicamente en los cargos por los cuales fue arrestado.

Escucho diariamente distintos relatos de periodistas que están cubriendo el juicio desde la Corte de Brooklyn. Y curiosamente, muchos de ellos, al término de la descripción de los hechos del día, “califican” a la defensa y a la Fiscalía en su actuar, como si fueran jueces de una pelea de box. Por ejemplo: “El juez Brian Cogan excluyó el testimonio de Tirso Martínez Sánchez, “El Futbolista”, por considerar que sus dichos son rumores y pérdida de tiempo. Podría decirse que esto es una victoria para la defensa y un retroceso para sus acusadores”.

No ha habido un solo día, al menos hasta ahora, en que esto no haya ocurrido. Y siendo que el jurado solo puede otorgar dos veredictos, (ya sea inocente o culpable para cada uno de los cargos que se le imputan al acusado), asumo pues, que continuaremos escuchando a quien tiene el pulso del juicio en vivo, calificar quien se llevó el respectivo asalto del día.

Para que el jurado pueda dar un veredicto, la Fiscalía presentará un total de 70 testigos durante un período de 8 a 12 semanas, tiempo en que la defensa hará lo propio. Esto significa que el final de esta novela tendrá lugar en algún momento del mes de abril.

Ahora, el punto clave, al menos hasta hoy, radica en la falta de evidencia tangible (todo ha quedado en dichos) por parte de los llamados “testigos protegidos” que han brindado su testimonio. Especialmente de quien abrió el juicio; Sergio Villareal Barragán, alias “El Grande”, un alto mando del Cártel de Sinaloa, detenido en 2010, extraditado a los Estados Unidos en 2012 y que actualmente se encuentra libre tras haber pactado una sentencia reducida a cambio de su cooperación con las agencias de seguridad del país vecino del norte. ¿Qué podría haber dado a cambio este deleznable sujeto para estar libre a pesar de haber confesado el secuestro, tortura y asesinato de docenas de personas?

Y todo apunta a que personajes de esta calaña, como Jesús Zambada “El Rey”, Edgar Valdez “La Barbie” o Edgar Veytia “El Diablo” (quien fuera fiscal en Nayarit), también brindarán sus testimonios en contra de García Luna a cambio de quien sabe qué.

En los meses previos al juicio, los fiscales federales hicieron parecer que tenían una montaña de pruebas y evidencias. Las presentaciones judiciales describieron más de un millón de páginas de documentos, miles de grabaciones y una gran lista de testigos que podrían testificar sobre la entrega de sobornos multimillonarios. Pero hasta ahora, al menos en esta segunda semana, no existe una sola fotografía, grabación, video o algo que pueda dar por buena las declaraciones de aquellos que se acogieron al programa de testigos protegidos.

Yo no sé si García Luna sea culpable o no (ni le guardo la más mínima simpatía), pero no me cabe la menor duda que la Fiscalía va a tener que hacer un mucho mejor papel para convencer a 12 jurados de declarar culpable a quien fuera denominado por las autoridades norteamericanas en su momento como “el súper policía”.

POSTDATA – La organización Causa en Común publica una nota diciendo que durante el mes de enero (mismo que todavía no acaba) han sido asesinados, al menos, 49 policías en nuestro país. En Estados Unidos, en el mismo período, solamente dos policías han perdido la vida en cumplimiento de su deber. Este dato debería escandalizarnos a todos, pero desafortunadamente, no lo hace.

*Consultor en seguridad y manejo de crisis
@CarlosSeoaneN

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