Hace poco más de un año, el novio de una querida sobrina falleció en Texas bajo circunstancias sumamente extrañas. Lo que supimos en aquel momento fue que este chico de 23 años estaba durmiendo poco y mal por la excesiva carga de trabajo que su carrera universitaria demandaba, aunado a un trabajo de medio tiempo en una cafetería para ayudar a pagar su manutención.

Derivado de este entorno, fue que uno de sus mejores amigos, una noche le ofreció una pastilla para que durmiera bien y así pudiera reponerse. Él la aceptó y así marco su destino, se fue a dormir para no volver a despertar.

En su momento, sospechamos que esa misteriosa pastilla había tenido que ver con su sorpresiva y súbita muerte, pero no había forma de saberlo. Sin embargo, con el paso de los meses, la ciencia hizo su trabajo dejándonos saber que el ingrediente activo de la misma sí había resultado mortal, fentanilo.

Este opioide sintético fue aprobado para uso médico en los Estados Unidos en 1968 y actualmente es uno de los más utilizados en medicina y se encuentra en la lista de medicamentos esenciales de la Organización Mundial de la Salud ya que es entre 50 y 100 veces más potente que la heroína.

Las muertes por sobredosis en el país vecino del norte que involucran fentanilo superan ya a aquellas que ocurren por accidentes automovilísticos, suicidio o armas de fuego. El punto clave resulta ser que esta sustancia está siendo mezclada con otros tipos de drogas ilegales, incluidos estimulantes, alucinógenos y cannabinoides sintéticos.

Es entendible que una sustancia tan potente resulte sumamente útil cuando se utiliza como analgésico o anestésico, pero cuando se introduce en el mundo del narcomenudeo causa estragos. En su potencia está implícito que es prácticamente imposible mezclarlo uniformemente, lo que significa que es muy fácil “pasarse” y causar una sobredosis con potencial mortal, inclusive a los usuarios más experimentados.

Desafortunadamente, mezclar fentanilo con otras drogas como heroína, cocaína y MDMA (éxtasis) se ha vuelto una práctica común, esto debido a que una cantidad muy pequeña del opioide causa un poderoso efecto en quien lo consume, motivo por el cual es una opción muy atractiva para el narco. Finalmente, el tráfico de drogas es un negocio y el fentanilo ayuda haciendo que una dosis menor cause un mayor efecto, reduciendo así los costos y produciendo mayores utilidades. El que los consumidores mueran en el camino es lo de menos.

El precio de un kilo de fentanilo puro para una organización del crimen organizado ronda los $4,150 dólares y se estima que los ingresos generados por este pueden ascender aproximadamente a 1.5 millones de dólares. Derivado de esto, es que este químico no solo está siendo mezclado por aquellos que venden drogas en las esquinas de las calles, sino también por quienes lo empaquetan al por mayor, al igual por otros integrantes en la cadena de suministro, por lo que la droga puede llegar al usuario con una auténtica carga mortal.

Cuando el expresidente Richard Nixon inició su guerra contra las drogas hace poco más de medio siglo, las muertes por sobredosis eran cerca de 7,000. Al día de hoy, este número ronda los 120,000 fallecimientos y dos de cada tres muertes por sobredosis en el país vecino del norte son por fentanilo. Acorde al Washington Post, diariamente cerca de 200 personas en los Estados Unidos pierde la vida por esta droga. Esto es el equivalente a que un Boeing 757-200 lleno de pasajeros se estrellara matando a todo mundo abordo.

La administración del presidente Joe Biden ha lanzado una campaña masiva para prevenir acerca de los efectos mortales del fentanilo; “una pastilla te puede matar” es el slogan.

¿Y esto en que nos afecta en México? Los cárteles mexicanos están incorporándolo en sus cargamentos de droga antes de ser enviados a la frontera norte y nuestros vecinos no permanecerán impávidos ante esto, este será el punto de inflexión de la lucha contra el narcotráfico en nuestro país.

Consultor en seguridad y manejo de crisis. Twitter: @CarlosSeoaneN

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