“Para Dummies” es una frase muy usada en inglés y español de una exitosa serie de libros de aprendizaje que tienen como objetivo presentar guías sencillas para lectores nuevos en diversos temas. A pesar del título, los escritos no son literalmente para tontos (dummies), sino para inexpertos o principiantes en una materia. A la fecha han sido publicados más de 1,500 diferentes temas con ediciones en numerosos idiomas.
Mis columnas bajo esta temática han sido acerca del feminicidio (7/12/20), violación sexual (22/02/21) y el Día Internacional de la Mujer (8/3/21).
En días pasados, Reynosa vivió una jornada de auténtico terror, cuando un grupo de sicarios armados a bordo de varios vehículos recorrió las calles asesinando ciudadanos inocentes a mansalva dejando una estela de 15 cadáveres. Y siendo que el Presidente declaró que este acto “fue una provocación y no terrorismo” y que “no podemos hablar a la ligera de terrorismo en Tamaulipas”. Considero que es momento de escribir el cuarto artículo de esta serie.
Terror es el sentimiento de miedo o fobia en su expresión máxima. Si el miedo se define como esquema de supervivencia, se puede asumir que el terror sobreviene cuando el miedo ha superado los controles del cerebro y ya no puede pensarse racionalmente.
Por ende, el terrorismo es el uso sistemático del terror, el cual ha sido utilizado por una amplia gama de organizaciones, grupos o individuos en la promoción de sus objetivos. Sin embargo, esta palabra tiene fuertes connotaciones políticas y posee una elevada carga emocional, lo que dificulta consensuar una definición precisa.
Por terrorismo se entienden comúnmente acciones de violencia dirigidos contra la población civil procurando objetivos políticos o ideológicos. Acorde a la ONU, el terrorismo incluye “actos criminales con fines políticos concebidos o planeados para provocar un estado de terror en la población en general, en un grupo de personas o en personas determinadas”, y que esos actos son “injustificables en todas las circunstancias, cualesquiera sean las consideraciones políticas, filosóficas, ideológicas, raciales, étnicas, religiosas o de cualquier otra índole que se hagan valer para justificarlos”.
El punto clave aquí es entender los efectos que acarrearía el clasificar como organizaciones terroristas a los cárteles del narcotráfico, especialmente por nuestro poderoso vecino del norte.
Una de las consecuencias sería que esta acusación se extendería a quienes colaborasen con estos. Por ejemplo, los vendedores locales de drogas o incluso sus clientes. Otra, quienes "sabiéndolo" provean de apoyo o recursos materiales a estas organizaciones, podrían ser acusados de colaborar con el terrorismo, sus activos y transacciones podrían ser bloqueados por instituciones financieras estadounidenses (¿Se imaginan la gran cantidad de políticos y servidores públicos mexicanos afectados?). La medida podría inclusive abrir la puerta a operativos militares unilaterales en nuestro territorio, pasando por encima de la soberanía nacional.
Ahora, ¿es factible comparar al CJNG o a los extintos Zetas en su momento con Al Qaeda o Boko Haram? La respuesta de algunos académicos es que detrás de los cárteles no hay ideología, a diferencia de los otros. Que su único objetivo es ganar dinero, ergo, la comparación no es válida. Yo discrepo acerca de esta afirmación después de ver la violencia ejercida en contra de múltiples candidatos a un puesto de elección popular en el reciente proceso electoral.
Valdría la pena preguntarles a los habitantes de Reynosa como definirían el acto de un comando de sicarios que armados hasta los dientes puede salir en cualquier momento a las calles a matar a quien se topen en el camino sin miramiento alguno… ¿terrorismo acaso?
POSTDATA
– La violencia se desata en Zacatecas y deja al menos 18 muertos en un choque entre cárteles. El enfrentamiento entre el CJNG y Sinaloa arrecia y acumula esta semana al menos 30 fallecidos. Espero de verdad que el recién elegido gobernador David Monreal tenga algo más en la bolsa que promesas de campaña.
Twitter: @CarlosSeoaneN