La policía es la fuerza de seguridad encargada de mantener el orden público, proteger a los ciudadanos y vigilar el cumplimiento de las leyes mediante el uso de distintas herramientas cívicas y sociales, entre las cuales, se distingue el uso de la fuerza. Por la naturaleza de sus funciones, quienes pertenecen a las fuerzas policiales corren el riesgo de perder la vida como resultado de una agresión durante el cumplimiento de su deber. A esto se le conoce como “ser abatido”.
Hace unas cuantas semanas que el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) publicó un documento titulado “Policías abatidos: el riesgo de servir a la seguridad pública en México”. Acorde a esta publicación, en nuestro país fueron abatidos 802 policías de 2013 a 2018.
El estudio consta de 82 páginas y algunos datos que resaltan son los aquí señalados:
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Estándares y Capacitación Profesional Policial (ENECAP) en agosto de 2017 había 384,953 policías a nivel nacional.
Los resultados indican que el perfil más recurrente corresponde a policías de sexo masculino de entre 30 y 40 años y que sus muertes se han dado principalmente en espacios públicos de zonas urbanas.
Por ámbito de Gobierno, 24% de los policías federales han sido victimizados frente a 32% de policías estatales y 32.6% de policías municipales.
Además de la falta de protocolos, entrenamiento, equipo y medidas de seguridad, los homicidios dolosos a policías pueden ser consecuencia de un mal reclutamiento desde un inicio.
Un departamento de policía con buen equipo, entrenamientos, capacitaciones, protocolos adecuados y altos estándares de reclutamiento tiene mayores probabilidades de reducir su número de policías abatidos.
Poco más de la mitad de los policías en México que mueren por causas no naturales, mueren a causa de una agresión.
Nueve de cada 10 policías abatidos perdieron la vida por una lesión por arma de fuego.
Los municipios y alcaldías con mayor número de policías asesinados son Ecatepec, Acapulco y Naucalpan.
Los policías abatidos en México son hombres casi en su totalidad a pesar de que, en promedio, las mujeres componen de 15 a 20% las fuerzas policiales, sólo 4.9% de los abatimientos totales fueron mujeres.
78.7% de los homicidios a policías ocurrieron en zonas urbanas, es decir, en municipios que tienen 100,000 o más habitantes en el periodo 2013 a 2018.
Un menor gasto en materiales y suministros y una mayor percepción de corrupción de la policía se correlaciona de manera positiva con abatimientos.
Estos no son todos los hallazgos del estudio, pero a mi parecer fueron los de mayor interés para ser compartidos en esta columna.
En Estados Unidos, en el mismo período de 2013 a 2018, 258 policías perdieron la vida (LEOKA - Law Enforcement Officers Killed and Assaulted) y en el año 2017 los norteamericanos tenían una fuerza policial de 670,279 oficiales. Sé que la comparación no es de manzanas con manzanas, pero llama poderosamente la atención que en un país con 74% más oficiales de la ley que nosotros y con millones de armas en las calles, aquí nuestros policías sean abatidos en un ratio de 3 a 1 frente a nuestros vecinos del norte.
Si los que nos protegen pierden la vida en el cumplimiento de su deber, se amenaza la capacidad de cualquier gobierno para preservar la paz y el orden público. Como ya se ha dicho múltiples veces en el pasado, se requiere de un mejor equipamiento, una capacitación constante y mejores sueldos. Es deber del Estado proteger a sus policías y de la sociedad el promover una cultura de respeto hacia su labor.
POSTDATA – El gobierno de los Estados Unidos va contra cuatro de los hijos del Chapo Guzmán, herederos del Cártel de Sinaloa, por quienes ha ofrecido una recompensa de hasta 20 millones de dólares. Joe Biden firmó una orden ejecutiva que incluye a Ovidio, Iván Archivaldo, Jesús Alfredo y Joaquín. Por cada uno se ofertan 5 millones de dólares, ya sea que se ofrezca información que conduzca a su paradero o arresto. Los Chapitos serán buscados por el resto de sus vidas por su participación en el tráfico ilícito de drogas.
Twitter: @CarlosSeoaneN