En una entrevista llevada a cabo en noviembre de 2018 por Azucena Uresti al ya electo presidente López Obrador (unos cuantos días antes de asumir el poder) la periodista le comentaba que en la administración de Calderón había habido 120,000 muertos y en la de Peña Nieto 155,000, entonces vino la pregunta obligada: “¿Cuál es la meta que proyecta al final de su sexenio?” La respuesta fue: “yo quiero que bajemos la delincuencia, cuando menos, a la mitad”.  
 
¿Y cómo vamos respecto a esa declaración? Después de 44 meses de Gobierno, la presente administración lleva recorrido el 63% de su camino y, coincidentemente, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) publicó la semana pasada las cifras preliminares de homicidios en nuestro país para el año 2021. 
 
De enero a diciembre del año pasado se registraron 35,625 homicidios, esto es 1,148 menos que en el año 2020. La tasa por cada 100,000 habitantes disminuyó de 29 a 28. Los estados que registraron mayor cantidad de asesinatos en términos absolutos fueron Guanajuato, Estado de México y Baja California. Sin embargo, las tasas más elevadas de homicidios por cada 100,000 habitantes correspondieron a Zacatecas (109), Baja California (86) y Colima (82).  
 
Para dimensionar la tragedia que están padeciendo estos últimos tres estados hagamos una comparación. Acorde a datos del Banco Mundial, los países con las mayores tasas de asesinatos por cada 100mil habitantes son Venezuela (50), Jamaica (45), Lesoto (44), Trinidad y Tobago (39) y Honduras (36). 
 
Ahora, ¿es una buena noticia la reducción del 3.2% en homicidios de un año para otro? Definitivamente es mejor cualquier disminución, por pequeña que esta sea, a repetir o aumentar el número previo. Sin embargo, el fenómeno de esta violencia que nos trae en jaque no se puede interpretar solamente en blanco y negro, hay una amplia gama de grises en medio. 
 
Simplemente, si observamos las cifras individuales por cada uno de los 32 estados que componen nuestro país, y tomamos solamente los números de Guanajuato, podremos observar que en 2020 padeció 5,370 homicidios mientras que en 2021 fueron 4,333. La diferencia a la baja es de 1,037 menos vs los 1,148 a nivel nacional. ¿Qué significa esto? Sin romperse la cabeza con grandes análisis, fueron más las entidades en las que aumentó el homicidio que aquellas en las que disminuyó. 
 
Por otro lado, si este, y si tres los gobiernos subsecuentes lograran mantener una tendencia permanente de asesinatos a la baja de entre un 3% y un 4% anual, tardaríamos cerca de dos décadas más para regresar a los niveles de violencia que prevalecían en el primer año de la presidencia de Felipe Calderón
 
México se ubica dentro de los cinco países con mayor cantidad de homicidios dolosos en el mundo y dentro de los primeros 10 en la relación por cada 100,000 habitantes. Si la propensión de este último trimestre permanece, para mi siguiente columna a publicarse el lunes 8 de agosto, habremos rebasado la cifra de 130,000 asesinatos en el presente sexenio. 
 
No es la primera vez que lo digo, al paso que vamos, para julio del año entrante se habrán rebasado los muertos acumulados durante todo el sexenio de Peña Nieto.  
 
También reitero que López Obrador asumió la Presidencia con altos índices de violencia y con una tendencia al alza que se ha logrado estabilizar en niveles muy elevados. Sin embargo, las reducciones han sido a cuentagotas. Su desempeño en materia de seguridad está muy distante de lo prometido en campaña, de lo ofrecido en sus primeros meses en el poder y de la seguridad que México necesita con urgencia.

POSTDATA I

Entre enero y junio de 2022, al menos 47 mujeres fueron quemadas de manera intencional en México. En promedio se cometieron entre uno y dos ataques de este tipo cada semana, acorde a datos de la Secretaría de Salud. Estos son actos pasionales de profundo odio, rencor o venganza hacia las víctimas con una intención de dejarlas marcadas de por vida. No se debe perder de vista esta nefasta tendencia.

POSTDATA II

El gasto neto público pagado por el Gobierno mexicano en 2021 fue de 6.7 billones de pesos y para el presente año se han presupuestado 7.05 billones. No entiendo el concepto de austeridad republicana entonces.  
 

Consultor en seguridad y manejo de crisis
 Twitter: @CarlosSeoaneN

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