En mi columna de ayer, expliqué que Claudia Sheinbaum, jefa de Gobierno de la Ciudad de México, no puede asignar culpas o responsabilidades directas del desplome de la Línea 12 a gente que no pertenezca, sino a su movimiento político, ya que la Ciudad de México ha sido administrada desde hace 24 años, de una u otra forma, por muchos personajes que actualmente pertenecen al partido en el poder.

Derivado de esto, es que el reporte final de la empresa DNV, encargada de llevar a cabo el peritaje del desplome, resultaba clave para el Gobierno local, ya que, a través de este, podría señalar objetivamente y bajo preceptos técnico-científicos a aquellos que se equivocaron provocando la muerte y lesiones a más de un centenar de personas.

Vale la pena señalar que la información inicial apuntó a fallas de diseño y construcción, responsabilidad de la administración de Marcelo Ebrard y no de la presente. Las indagatorias de la PGJDF referían a que la imputación se centraría en funcionarios de aquella administración, así como a los supervisores de las obras.

Sin embargo, apenas el jueves pasado, Sheinbaum acusó a DNV de emitir un reporte final “deficiente, mal ejecutado, con problemas técnicos, tendencioso y falso”. Negando dar a conocer la información y amenazando legalmente a la empresa noruega.

¿Y qué provocó con esta estrategia? Primer error, que docenas (sino es que cientos) de organizaciones de todos colores salieran de cacería por el famoso reporte final causa-raíz. Al periódico español El País le tomó alrededor de tres días conseguirlo y hacerlo público bajo el título “El peritaje final de DNV señala fallas en las inspecciones y el mantenimiento como causas concurrentes en la tragedia de la Línea 12”.

Ante este hecho, la jefa de Gobierno dijo que siempre sí haría público el informe. La cacería era una consecuencia más que obvia, ¿de verdad no la vieron venir?

Segundo error, en materia de comunicación de crisis, no se permite mentir y punto. Ahora deberá pagar, de inicio, doble precio por un conflicto auto infligido que apenas comienza.

Por otro lado, desde hace un año la estrategia de, tanto el Gobierno Federal como el local, ha sido que esta administración no pague un solo peso para volver a echar a andar nuevamente la Línea 12 y que todos los costos los absorba la empresa constructora. A cambio, no habrá repercusiones legales y seguirá recibiendo contratos. El complemento de la estrategia ha sido buscar un arreglo reparatorio confidencial, contemplado en la ley, con todas las víctimas directas e indirectas (fallecidos, lesionados y núcleos familiares) y así finiquitar todos y cada uno de los procesos legales pasados y presentes.

En mi columna del 17 de mayo del 2021 escribí lo siguiente acerca de la tragedia del Metro: “Afortunadamente para este caso, todas las fallas están ampliamente documentadas y pueden ser probadas o desmentidas con rigurosos procesos científicos. Si lo piensan bien, esta es una oportunidad de oro para que se llegué a la verdad de los hechos, desmenuzando dato por dato y evidencia por evidencia con rigor científico y auditorias forenses para lograr un amplio proceso de rendición de cuentas que nunca hemos tenido y que caigan todos los que tengan que caer”.

Tercer error, la Dra. Sheinbaum debió adueñarse del problema desde el principio, hacerlo suyo (tuviera o no vela en el entierro), no permitir que su jefe la hiciera a un lado, apegarse a los lineamientos existentes de manejo de crisis, asesorarse por un equipo experto en esta materia y trabajar cuidadosamente todas las comunicaciones previo a ser emitidas. Pero esto no fue así, imperó la política y sus respectivos intereses sobre la verdad y la justicia. Desperdició una oportunidad dorada, literalmente.

POSTDATA

– El sábado pasado, un controlador de vuelo en el AICM otorgó permiso a una aeronave para aterrizar en una pista donde se encontraba otro avión esperando despegar, una situación que estuvo cerca de provocar una colisión entre ambas aeronaves. Las consecuencias de un eventual accidente aéreo harían ver al desplome del Metro como un juego de niños. Sin embargo, el presidente López Obrador defendió el rediseño del espacio aéreo, dijo que los controladores son muy buenos y que no hay peligro para los aviones.

POSTDATA II

– Acabo de publicar mi libro - precisamente - acerca de manejo de crisis “¿Qué podría salir mal? Prevención, gestión y recuperación en tu empresa ante una crisis”. Lo pueden conseguir en físico en librerías Gandhi y en versión digital en Amazon y Apple Books.



Consultor en seguridad y manejo de crisis

Twitter: @CarlosSeoaneN

Google News

TEMAS RELACIONADOS