El primer día del nuevo sexenio, México vio 80 vidas arrebatadas, el segundo 85 y el tercero 97 (de las cuales 32 ocurrieron en Guanajuato, una locura). Tres días, 262 familias destrozadas, en promedio, hablamos de 87.3 asesinatos por día. Somos un país herido que no deja de sangrar.

Ante esta cruda realidad, la presidenta Claudia Sheinbaum enfrenta un reto monumental, y en respuesta, pronto presentará su plan de seguridad. Como un anticipo, en septiembre se filtró un documento en redes sociales titulado “Estrategia de Seguridad de los primeros 100 días”.

A continuación, desglosaré lo que considero los puntos más importantes de esta iniciativa.

Los 10 municipios más violentos

Uno de los ejes principales es la focalización de esfuerzos en los municipios más violentos; Colima, Tijuana, Acapulco, Celaya, Cajeme, Ciudad Juárez, Tlajomulco, Chihuahua, Benito Juárez y León. Estos concentran una parte significativa de los homicidios dolosos vinculados a la delincuencia organizada, y es lógico pensar que, al reducir la violencia en estos lugares, el impacto se sentirá a nivel nacional.

Aunque reducir la violencia en estos municipios puede ser un paso en la dirección correcta, no debemos olvidar que las organizaciones criminales no están confinadas a un área geográfica fija. Su capacidad de adaptación y movilidad ha sido formidable al paso de los años.

Es alentador, sin embargo, que esta estrategia incluya una importante dimensión de inteligencia y coordinación interinstitucional, algo que ha sido una carencia en el pasado. La creación de un Gabinete Alterno de Seguridad, que incluye instituciones como la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), Procuraduría Fiscal, SAT, Pemex Logística (por aquello del huachicol) promete un enfoque más integral, no solo persiguiendo a los criminales en el terreno, sino también atacando sus redes de financiamiento y logística.

La inteligencia como clave del éxito

Uno de los aciertos más relevantes es el fortalecimiento del Sistema Nacional de Inteligencia y la creación de una subsecretaría especializada en investigación policial. Durante años, el crimen organizado ha operado con una impunidad alarmante, en parte debido a la falta de inteligencia efectiva.

La reactivación de la inteligencia en el sistema penitenciario es también un acierto. Los penales, que en muchos casos funcionan como centros de operación criminal, deben ser controlados si se quiere debilitar de raíz la capacidad operativa de las organizaciones delictivas.

A largo plazo, la mejora de la inteligencia y la investigación tiene el potencial de cambiar el rumbo de la lucha contra el crimen. Es un paso en la dirección correcta.

El fortalecimiento del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP)

Se plantea una reestructuración administrativa y organizacional para darle más capacidad operativa. Se establecen objetivos y programas prioritarios que permitirán desarrollar a las instituciones de seguridad en los 32 estados, además de implementar un sistema de incentivos y sanciones para asegurar el buen uso de los recursos federales.

Esta renovación busca garantizar que todas las instituciones de seguridad operen bajo un mismo estándar de evaluación y desempeño. La creación de una Academia Nacional de Seguridad permitirá una capacitación más especializada, elevando la calidad y eficacia a nivel nacional.

Fuerzas de tarea y una coordinación más efectiva

Un aspecto central es la creación de 10 fuerzas de tarea, compuestas por instituciones como la Secretaría de la Defensa Nacional, la Secretaría de Marina y la Secretaría de Seguridad. Estas unidades especializadas actuarán de manera coordinada en las zonas más conflictivas del país.

Este enfoque no es nuevo en la lucha contra el crimen y su éxito radica en la coordinación interinstitucional que, hasta ahora, ha sido un punto débil en el combate al crimen organizado. El reto será mantener la continuidad y lograr mantener los egos y protagonismos bajo control.

El fortalecimiento del SESNSP y la coordinación de estas fuerzas especializadas son el corazón de la estrategia, pero sin un control firme del territorio y la operación simultánea en todos los niveles, el riesgo es volver a caer en acciones fragmentadas y disueltas por la corrupción, desconfianza o la falta de cohesión.

Para que esta estrategia funcione, se necesita un compromiso genuino y duradero de todas las instituciones involucradas, lejos de protagonismos y agendas personales. Si el bienestar de la nación no se coloca como prioridad absoluta, corremos el peligro de que esta iniciativa se politice y se convierta en un intento más que naufraga antes de llegar a buen puerto.

POSTDATA – Espero que haya quedado claro, para el crimen organizado, el relevo presidencial es irrelevante, no distinguen entre mandatos ni nuevas caras o sexos en la presidencia.

Consultor en seguridad y manejo de crisis

@CarlosSeoaneN

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