El mes pasado, la agencia norteamericana DEA publicó su reporte titulado “Evaluación Nacional de la Amenaza de las Drogas”, el cual es descrito como una evaluación estratégica integral de las amenazas de drogas ilícitas que ponen en peligro a los Estados Unidos.
Llama la atención el lenguaje utilizado por la agencia antidrogas, ya que el objetivo de la publicación resulta ser el de “salvar vidas estadounidenses” tratando de crear conciencia y comprensión sobre estas amenazas. Ya será tema de otra columna el hablar sobre la hipocresía del gobierno norteamericano y su guerra contra el narcotráfico.
Ahora, la mutación de drogas de origen vegetal, como la heroína y la cocaína, a drogas sintéticas de base química, como el fentanilo y la metanfetamina, ha resultado en una crisis de mortalidad nunca antes vista en el país vecino del norte y de esto no hay duda alguna.
Acorde al Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), las muertes relacionadas con sobredosis de drogas ilegales cobraron casi 198,000 vidas en los Estados Unidos en 2022 y alrededor de 38,000 durante el primer semestre de 2023. El fentanilo y otros opioides sintéticos son responsables de aproximadamente el 70% de estas muertes.
El fentanilo es la mayor y más urgente amenaza. Dos miligramos (mg) de esta sustancia se consideran una dosis potencialmente mortal. Las píldoras probadas en los laboratorios de la DEA tienen un promedio de 2.4 mg, pero varían desde 0.2 mg hasta 9 mg.
Los hallazgos del reporte resultan brutales para nuestro país. Para el gobierno norteamericano no hay duda alguna de que los cárteles de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación han creado asociaciones con empresas de precursores químicos con sede en China para obtener los ingredientes necesarios para fabricar fentanilo y metanfetaminas.
Del reporte que consta de 57 páginas, 15 de ellas son dedicadas exclusivamente a estas dos grandes organizaciones criminales, independientemente de ser mencionadas en muchas páginas más.
El reporte describe que estos cárteles controlan redes criminales organizadas transnacionales que desempeñan un papel en la producción y distribución de fentanilo, metanfetamina y otras drogas ilícitas por toneladas. Operan extensas cadenas de suministro globales, desde precursores químicos a instalaciones de producción, y dirigen una compleja red de conspiradores que incluye transportistas internacionales, transportistas transfronterizos, funcionarios corruptos, constructores de túneles, empresas fantasma y blanqueadores de dinero, entre otros.
En resumen, el informe de la DEA revela una realidad ya conocida y alarmante: las drogas sintéticas, especialmente el fentanilo y la metanfetamina, representan una grave crisis de mortalidad en Estados Unidos y esta situación se ve exacerbada por la capacidad de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación para adaptarse y dominar tanto la producción como la distribución global de estas sustancias ilícitas.
La complejidad y la extensión de sus operaciones involucran redes criminales internacionales y diversos sectores, que, sin lugar a duda, involucran a altos funcionarios gubernamentales en nuestro país.
Resulta evidente que los dichos de López Obrador acerca de que en nuestro país no se fabrican drogas sintéticas, importan un cacahuate para las autoridades norteamericanas.
Para ellos es prioritario abordar la urgente necesidad de frenar el tráfico y consumo, pero también las dinámicas internas y las estructuras de poder en México que perpetúan esta crisis.
POSTDATA.– A finales del año 2022, el novio de una querida sobrina falleció en Texas bajo circunstancias sumamente extrañas. Lo que supimos en aquel momento fue que este chico de 23 años estaba durmiendo poco y mal por la excesiva carga de trabajo que su carrera universitaria demandaba, aunado a un trabajo de medio tiempo en una cafetería para ayudar a pagar su manutención. Derivado de este entorno, fue que uno de sus mejores amigos le ofreció una pastilla para que se relajara y durmiera bien y así pudiera reponerse. Él la aceptó y se fue a dormir para no volver a despertar. Con el paso de las semanas, la ciencia hizo su trabajo dejándonos saber que el ingrediente activo de aquella pastilla había sido fentanilo.
Consultor en seguridad y manejo de crisis
@CarlosSeoaneN