En esta sucesión presidencial inédita, adelantada y abierta en todo su esplendor en donde las denominadas “corcholatas” hacen todo tipo de actos y dicen todo tipo de cosas para aparecer en las primeras líneas de los medios de comunicación y redes sociales, hay un factor que será clave, y que sin duda, puede inclinar la balanza hacia quien gane la próxima Presidencia, y es todo lo relativo a la seguridad pública y los muy desafortunados niveles de extrema violencia que llevamos viviendo desde hace tres lustros.

Curiosamente, a pesar de la preponderancia que la seguridad tiene en el presente y tendrá en el futuro, nadie desde el oficialismo dice, y aparentemente nadie dirá nada, acerca de la misma. El gobierno afirma que su estrategia (la que sea que esta sea) está dando buenos resultados, veamos.

Acorde a la Consultoría TResearch International, hasta el pasado viernes 16 de diciembre se habían acumulado 141,626 homicidios dolosos en nuestro país. El promedio de asesinatos por día en el último trimestre es el siguiente: octubre 80, noviembre 69 y diciembre 75.5.

¿Y por qué es importante hablar del promedio de homicidios por día de este último trimestre? Porque cuando las cifras bajan, la explicación es que la estrategia de seguridad está funcionando (claro está) y que vamos bien, pero cuando las cifras suben, no hay explicación alguna.

Como ya lo he mencionado en más de una ocasión, para julio del próximo año se rebasarán los casi 157,000 asesinatos acumulados en el sexenio del expresidente Peña Nieto, quedando de frente todavía 15 meses más a esta administración para que los cadáveres se sigan apilando.

Los fríos números no mienten, así es que no lo duden ni por un instante, esta Presidencia no pudo (al igual que las dos pasadas) con el creciente monstruo del narco y del crimen organizado, esta será una tarea pendiente (nuevamente) para la siguiente administración.

¿Y qué dice la oposición? Que todo va muy mal, que todo es un desastre, que la seguridad se militarizó, que hay colusión con el narco, bla, bla, bla. PRI y PAN tuvieron su oportunidad y fallaron rotundamente, así es que ahora solo saben poner el dedo en la llaga sin proponer nada para solucionar el problema. Y me aterra que su propuesta durante las campañas vaya a ser disolver a la Guardia Nacional (no en vano el presidente la quiso incrustar dentro del Ejército) y formar un nuevo cuerpo de policía civil, o sea, empezar de cero otra vez.

López Obrador tuvo muchos años para delinear un impecable plan de seguridad pública, sin embargo, todo se resumió a su estéril política de dar abrazos y no balazos, a desintegrar a la Policía Federal, a crear la Guardia Nacional, a empoderar aun más a las Fuerzas Armadas y a la implementación de sus programas sociales de prevención social del delito (atacar las causas de la violencia desde la raíz). Es importante mencionar que diferentes autores afirman que para ver resultados positivos derivados de estos programas sociales (en caso de ser exitosos) puede llegar a transcurrir una generación entera.

Así es que para dar cierre a esta columna es que me atrevo a dar el siguiente mensaje:

Para Marcelo, Claudia, Adán, Ricardo y demás corcholatas morenistas que surjan en el camino, ya deberían estar trabajando en su proyecto de seguridad a ser expuesto en poco más de un año. Rodéense de auténticos expertos en seguridad pública, revisen mejores prácticas a nivel mundial, tracen un cronograma con objetivos medibles y presenten un plan serio a la población. Si su estrategia va a ser darle continuidad al presente, nos están condenando a un cuarto sexenio de violencia exacerbada.

Y para todos aquellos candidatos potenciales de oposición, sin importar el partido político al cual pertenezcan, si lo suyo va a ser desarmar lo poco o mucho que está en sitio para empezar nuevamente de cero, por favor ahórrense esa gran idea y pónganse a trabajar desde ya en algo que sirva con lo que hay en sitio. Y por favor, no politicen la seguridad como su estandarte de batalla.

Calderón y Peña Nieto no pudieron, López Obrador tampoco. ¿Qué nos pueden ofrecer para pacificar a este país que sí funcione y que no se haya probado en los últimos tres sexenios? La respuesta puede inclinar la balanza a su favor.

POSTDATA – Mis mejores deseos en esta temporada navideña para todos aquellos que amablemente leen esta columna cada lunes.

Consultor en seguridad y manejo de crisis. Twitter: @CarlosSeoaneN

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