México y Estados Unidos recientemente firmaron un acuerdo de estrategia de seguridad conjunta basado en el Entendimiento Bicentenario. El plan habla acerca del fortalecimiento de capacidades institucionales, reducción de impunidad, atención a comunidades inmersas en consumo de drogas, mejoramiento de sistemas de información y de reforzar la coordinación binacional. La prioridad es proteger a la ciudadanía de ambas naciones, prevenir delitos transfronterizos y desintegrar las bandas del crimen organizado.
Del plan presentado, se desprenden los siguientes tres ejes de acción o metas:
PROTEGER A NUESTRA GENTE -
Promover una política de salud pública para atender los trastornos por el uso de drogas ilegales y a los adictos para favorecer su recuperación.
Fortalecer y mejorar la prevención de la violencia y capacidades de la policía, al igual que la capacidad de las autoridades para reducir los homicidios, los delitos de alto impacto y la impunidad ante estos.
PREVENIR LOS DELITOS TRANSFRONTERIZOS
- Reforzar la supervisión en los puertos de entrada terrestres, aéreos y marítimos y mejorar los sistemas de información aduanera.
Reducir el tráfico ilícito de armas de fuego, municiones y artefactos explosivos. Aumentar la capacidad de investigación y enjuiciamiento para combatir este delito.
Desmantelar la capacidad de las organizaciones criminales transnacionales y sus cadenas de suministro. Interrumpir y desmantelar la producción de estupefacientes. Reducir la capacidad de venta y distribución de sustancias y combatir el tráfico de drogas sintéticas y precursores.
Reducir la trata de personas y el tráfico de migrantes. Desmantelar a estas organizaciones a través de investigaciones, interdicciones y enjuiciamientos.
PERSEGUIR LAS REDES CRIMINALES
- Aumentar la colaboración bilateral para interrumpir las redes financieras. Desarrollar la capacidad para investigar y enjuiciar los delitos financieros, la corrupción relacionada y a las organizaciones delictivas transnacionales. Mejorar el marco legal para permitir una mejor focalización, incautación y sanciones efectivas.
Fortalecer la capacidad de la policía y de la justicia para investigar y enjuiciar.
Aumentar la cooperación para hacer frente a las amenazas en el ciberespacio. Aumentar la cooperación en materia de extradiciones para facilitar el enjuiciamiento de los miembros del crimen organizado transnacional.
Por mi parte, no existe una sola objeción al plan anunciado, y qué mejor que llevarlo a cabo con la cooperación y guía de los Estados Unidos, país que goza de una capacidad financiera mucho mayor a la nuestra y ni hablar de su superior sistema de impartición de justicia y menores niveles de corrupción. Es un enfoque diferente para abordar los grandes desafíos en materia de seguridad a través de tres metas, once áreas de coordinación, veintiséis objetivos conjuntos y ciento dos acciones de cooperación aprobadas de manera conjunta.
Todos y cada uno de los puntos mencionados, en caso de cumplirse, serían un paso en la dirección correcta en contra de la descarnada lucha contra el crimen organizado. Sin embargo, y como suele suceder, sé dice qué es lo que se va a hacer y (más o menos) cómo es que se va a hacer, pero no cuál será el mecanismo para evaluar los resultados, por lo que resulta vital el estrecho y puntual seguimiento para evitar que el plan acabe siendo solo una fugaz bengala del discurso político en el oscuro cielo que atravesamos.
No quiero sonar negativo, pero recordemos que nuestro vecino del norte no tiene amigos, tiene intereses, y sin duda surgirán problemas en las diferentes fases de implementación, detalles que no se contemplaron en el panorama general, aquellos que requerirán más tiempo y esfuerzo del pensado originalmente, aquellos que requerirán mayor presupuesto y voluntad, e inclusive, aquellos que ofrecerán resistencia al afectar intereses de distintos actores gubernamentales.
El plan ofrecido suena muy bien y deseo que los resultados sean positivos, verdaderamente los necesitamos, pero recordemos que el diablo está en los detalles.
POSTDATA
– A principios de enero del presente año, el Gobernador de Zacatecas, David Monreal, declaraba que había disminuido la incidencia delictiva en su estado con el plan de apoyo del gobierno federal. Sin embargo, la madrugada del sábado pasado fueron hallados 18 ejecutados en cuatro municipios; Fresnillo, Guadalupe, Calera y Pánfilo Natera. La realidad tristemente se impone.
Twitter: @CarlosSeoaneN