Desde hace tres sexenios y especialmente durante la presente administración, se ha debatido (y se seguirá debatiendo) acerca de la violencia criminal que padecemos como nación y el eje rector de este debate se centra en la enorme cantidad de homicidios dolosos que han acontecido.
Seguir hablando de quién fue culpa que el monstruo se haya salido de su jaula (si es que alguna estuvo enjaulado) o de quién le permitió crecer hasta adquirir dimensiones tipo Godzilla, resulta un ejercicio profundamente inútil y estéril que solo sirve para evitar aceptar responsabilidad alguna.
Es imposible no hacer un ejercicio estadístico comparando al pasado con el presente para saber de dónde venimos y hacia dónde vamos o dicho de otra forma, si estamos mejorando o empeorando. Los números son fríos y sin preferencias políticas, ergo, su puntualidad es impecable… mientras sean reales, claro está.
Amable lector(a), antes de continuar, por favor permítame presentarle el siguiente ejemplo a manera de analogía para que entienda mejor a dónde quiero llegar. ¿Cómo se daría usted cuenta después de arduas sesiones en el gimnasio y de sacrificarse por semanas con una estricta dieta, si el resultado fue el esperado? Esto sin importar que quiera bajar o subir de peso o reducir el tamaño de sus caderas o de incrementar el volumen de sus bíceps.
Es muy sencillo, se sube uno a la báscula o te mides (literalmente) con una cinta métrica. Podrá usted decir misa acerca de todo lo que ha hecho, pero si la báscula no le favorece o la cinta métrica indica que sigue igual que en su última medición, algo no está funcionando, ¿correcto?
Bueno, pues el gobierno federal argumenta que durante la presente administración los asesinatos se han contenido y han disminuido alrededor de un 20% del período 2018 al 2023. ¿Y esto a qué equivale, se preguntará usted? Téngame paciencia, hacia allá me dirijo.
Para evitar discrepancias entre las distintas bases de datos o fuentes de información, tanto oficiales como no oficiales, utilizaré las cifras proporcionadas por la Sra. Rosa Icela Rodríguez, secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana. Acorde a ella, el peor año en materia de asesinatos de los últimos seis, ha sido el 2019 con 34,718 y el menos malo (no es posible decir el mejor) ha sido el 2023 con 29,675.
Bueno, pues subamos de una manera muy sencilla esta información a “la báscula” para entender si todo el dinero invertido, si el desmantelamiento de la Policía Federal, si la creación de la Guardia Nacional, si la construcción de no sé cuántos cuarteles, si la militarización de la Seguridad Pública, entre otras tantas cosas, han dado los resultados esperados… o no.
El resultado muestra que en 2019 padecimos un asesinato cada 15.1 minutos. En 2023 lo padecimos cada 17.7 minutos. Esto equivale a una mejoría de tan solo 2.6 minutos en cuatro años.
Miles de millones de pesos gastados y decenas miles de vidas perdidas para lograr una miserable y raquítica mejoría de dos minutos y medio entre homicidio y homicidio en cuatro años.
Por favor no me malinterprete, prefiero una mejoría, por raquítica que sea, a cualquier empeoramiento. Es solamente que la promesa de López Obrador fue que el problema de la inseguridad se resolvería al poco tiempo de iniciado su mandato porque se acabarían las razones para delinquir. Y ahora, al ver que su progreso ha sido de tan solo dos minutos y medio, dice que, a él, ya no le dará tiempo de resolver lo de la inseguridad.
Como dato de interés, durante el sexenio de Vicente Fox (con quien no tengo afinidad alguna), el promedio de homicidios fue de uno cada 52 minutos. Si se mantuviera la misma tendencia de disminución de asesinatos (2.6 minutos cada 4 años) nos tomaría poco más de medio siglo para regresar a esos 52 minutos.
Me pregunto, ¿Habrá alguien en el equipo de las candidatas a la presidencia mostrándoles estos números? ¿De verdad entenderán el tamaño del problema que van a enfrentar?
POSTDATA I – Mientras que los homicidios disminuyen, las desapariciones han aumentado. Se los dejo de tarea.
POSTDATA II – López Obrador declaró recientemente: “El caso Ayotzinapa no se concluirá en mi gestión” ¿De verdad 5 años y 10 meses (sumado a lo hecho en la administración pasada) y una comisión exclusiva para el caso no fueron suficientes? No cabe duda, prometer no empobrece.
Consultor en seguridad y manejo de crisis
@CarlosSeoaneN