No deja de asombrarme el acabose que son nuestras autoridades al momento crítico que deberían dar resultados. No sé si es falta de capacidad, de recursos o simplemente valemadrismo.

¿A que me refiero? Empezaré por decir que se requirieron tres autopsias, sí, tres autopsias para determinar la causa del fallecimiento de la joven regiomontana Debanhi Escobar.

En el primer informe se planteó la hipótesis de una caída accidental dentro de una cisterna del motel Nueva Castilla en las afueras de Monterrey. Como consecuencia de este supuesto accidente, la joven se habría ahogado derivado de un estado de inconciencia por sus lesiones al caer y golpearse contra el fondo de la estructura de concreto. Vale la pena recordar que ese motel fue revisado e inspeccionado por la policía en no menos de cuatro ocasiones previo a encontrar el cuerpo de Debanhi…o sea ¿no lo vieron o no estaba ahí?, ¿lo sabremos algún día?

En el segundo informe, se nos dijo que no había fallecido por ahogamiento ya que había sido golpeada varias veces en la cabeza con un objeto contundente y que había sido agredida sexualmente.

Finalmente, se tuvo que involucrar al Instituto de Servicios Periciales y Ciencias Forenses que pertenece al Poder Judicial de la Ciudad de México para llevar a cabo un tercer reporte. El titular de esta agencia concluyó la semana pasada que Debanhi fue asfixiada. Sin embargo, descartó señales de agresión sexual, pero agregó que su fallecimiento fue entre tres y cinco días antes de que su cuerpo fuera localizado. Ella estuvo perdida durante 13 días… ¿dónde estuvo esa primera semana entonces?

Debanhi desapareció la madrugada del sábado 9 de abril, lo que significa que tuvieron que transcurrir alrededor de 100 días para tener certeza de la causa de su muerte. He de decir que el peor enemigo de cualquier investigación es el paso del tiempo y aquí se ha desperdiciado ese preciado recurso con una negligencia que raya en lo criminal.

Al día de hoy no se tiene un solo sospechoso de este homicidio, la primera autopsia pretendió encubrir la verdad provocando distracciones absurdas y todavía no sabemos si la joven estuvo siempre dentro del motel (viva o muerta) o si entró y salió o la sacaron (viva o muerta) y después regresaron a tirar su cuerpo en la cisterna.

El resumen de este triste caso que ha indignado a México, lo resumo en las palabras del Sr. Mario Escobar, padre de Debanhi: “Al igual que nosotros, hay cientos de víctimas sin luz y en contra de un sistema que pareciera estar más urgido de cerrar los casos que por brindar justicia”.

Por otro lado, en otro caso muy reciente acontecido en Guadalajara, Luz Raquel Padilla, una joven de 35 años madre de un niño con autismo, tenía semanas advirtiendo que recibía amenazas por parte de sus vecinos. Al parecer, les molestaban los ruidos que el niño hacía cuando tenía un episodio de crisis o epilepsia. Pintas de aerosol color negro aparecieron en las escaleras frente al departamento de Luz: “Te vas a morir machorra”, “te voy a quemar viva”, “te voy a matar luz”.

El sábado 16 de presente mes, un grupo de personas (distintos medios hablan de tres hombres y una mujer) la empaparon con alcohol o algún otro combustible y le prendieron fuego. Tres días después falleció dejando a su hijo enfermo huérfano.

Luz Raquel documentó las amenazas, acudió a denunciar, grabó videos, alertó en redes sociales, pidió ayuda a las autoridades, pero estas, en otro capítulo de incapacidad o valemadrismo, hicieron caso omiso y oídos sordos, rebajando el episodio a un pleito entre vecinos.

Dice el refrán que para muestra basta un botón y aquí tenemos dos en distintas geografías y bajo diferentes circunstancias que pintan de cuerpo entero el nivel de “profesionalismo” de quien está a cargo, ya sea de protegernos o de procurar justicia en nuestro país… el desastre.


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Consultor en seguridad y manejo de crisis  
Twitter: @CarlosSeoaneN 

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