“Para Dummies” es una frase muy usada en inglés y español de una exitosa serie de libros de aprendizaje que tienen como objetivo presentar guías sencillas para lectores nuevos en diversos temas. A pesar del título, los escritos no son literalmente para tontos (dummies), sino para inexpertos o principiantes en una materia. A la fecha han sido publicados más de 1,500 diferentes temas con ediciones en numerosos idiomas.

En estos tiempos se habla mucho (especialmente en el mundo de la política) acerca de la corrupción, del acto de corromper, de ser corrompido o de ser (o no) un corrupto(a), pero ¿en realidad entendemos en su totalidad la extensión y profundidad de sus nocivos efectos?

Esto no solo se trata de dar “un moche” para recibir un contrato o de dar “una propina” a un funcionario público para acelerar o destrabar algún trámite burocrático, va mucho más allá. La corrupción hace que el mundo sea un lugar más peligroso, agudiza el aumento de la violencia, el crimen y los conflictos, provocando que se enraícen en la sociedad.

Y aprovechando que la organización Transparencia Internacional acaba de publicar su reporte del Índice de Percepción de Corrupción 2023, es que hago entrega del 10° volumen de la serie para Dummies.

Vamos por partes, el término corrupción generalmente indica el mal uso por parte de un funcionario de su autoridad y los derechos que se le confían, así como la autoridad relacionada con este estado oficial, oportunidades, conexiones para beneficio personal, contrario a la ley y los principios morales.

Transparencia Internacional la define como “el abuso del poder confiado para beneficio privado”. Dejando ver claramente que esta erosiona la confianza, debilita la democracia, obstaculiza el desarrollo económico, exacerba la desigualdad y la pobreza, perjudica la seguridad pública y hasta la crisis ambiental.

La corrupción puede ocurrir en cualquier lugar, en las empresas privadas, en los distintos órdenes de gobierno, en los tribunales de justicia, en los medios de comunicación y por supuesto, en la sociedad civil. Así como en todos los sectores: salud, educación, seguridad, infraestructura, deportes y un largo etcétera.

La corrupción puede involucrar a cualquiera, desde el más humilde servidor público hasta la presidencia, pasando por toda la clase política y empleados gubernamentales. El sector privado no queda exento, empresarios o empleados también pueden ser partícipes, recordemos que, para que alguien sea corrompido, tiene que haber un agente corruptor.

La corrupción normalmente ocurre en las sombras, a menudo con la ayuda de facilitadores profesionales como sistemas financieros opacos, asignaciones de contratos sin licitar, licitaciones amañadas y empresas fantasma que permiten que florezcan esquemas para lavar y ocultar los frutos mal habidos.

La corrupción es como un virus, se adapta a diferentes contextos y a las circunstancias cambiantes. Suele mutar en respuesta a cambios en las reglas, las leyes e incluso, la tecnología.

¿Y dónde nos ubicamos en el Índice de Percepción de Corrupción 2023? El estudio clasifica 180 países según las percepciones que estos tienen sobre el nivel de corrupción en el sector público, empleando una escala de cero (extremadamente corrupto) a 100 (sin corrupción).

Dinamarca (90), Finlandia y Nueva Zelanda (87) son los países menos corruptos. Mientras que, en el fondo de la tabla con 13 puntos, hay un empate entre Sudán del Sur, Siria, Venezuela y Somalia.

México se mantiene con una calificación de 31 puntos desde hace tres años. Estamos empatados con Kenia, Togo y El Salvador, todos ranqueados en el lugar 126 entre 180 países. Como dato de interés, el promedio mundial es de 43 puntos.

¿Y cómo luchar contra la corrupción? Dejaré aquí una copia fiel del texto que el reporte presenta: “Debemos adoptar la transparencia. La transparencia se trata de saber quién, por qué, qué, cómo y cuánto. Significa arrojar luz sobre reglas, planes, procesos y acciones formales e informales. La transparencia nos ayuda a nosotros, el público, a hacer que todo el poder rinda cuentas por el bien común. Buscar y recibir información es un derecho humano que actúa como salvaguardia contra la corrupción y aumentar la confianza en los tomadores de decisiones y las instituciones públicas.” Igual y ahora se entiende por qué no salimos del último tercio del ranking mundial.

POSTDATA – Y hablando de corrupción… finalmente, después de dos años y siete meses se reabrió en su totalidad la línea 12 del Metro, aquella que sufrió un colapso en un paso elevado en la alcaldía de Tláhuac y que se desplomó debajo del tren que lo recorría. El paso elevado y los dos vagones finales del tren cayeron ocasionando la muerte de 26 personas y dejando a otras 80 heridas, muchas de ellas con secuelas permanentes. Y después de todo este tiempo, ¿cuántos servidores públicos, pasados o presentes, han sido sancionados penalmente a la fecha por esta desgracia? La respuesta es CERO.

Consultor en seguridad y manejo de crisis

@CarlosSeoaneN

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