Recientemente se publicó un documento titulado “La Quinta Ola”, elaborado por la Iniciativa Global contra el Crimen Organizado Transnacional con base en Ginebra, Suiza. Este análisis proyecta cómo la delincuencia organizada, ya profundamente arraigada en el tejido social y político de múltiples naciones, evolucionará hacia 2040 bajo el impacto de tendencias globales como el cambio climático, la competencia geopolítica, las tecnologías emergentes y la crisis de gobernanza. Lo que se anticipa no es simplemente un incremento en las actividades delictivas, sino una transformación cualitativa de su naturaleza y alcance.
El concepto de “las olas" del crimen organizado ayuda a comprender esta evolución. Las primeras cuatro olas abarcaron el surgimiento de mafias tradicionales, el narcotráfico, la globalización de mercados ilícitos y, más recientemente, el cibercrimen. Sin embargo, la quinta ola que se avecina es descrita como un tsunami que amenaza con reconfigurar las dinámicas de poder global, erosionar las instituciones democráticas y redefinir las economías formales e informales.
Uno de los pilares del informe es cómo el cambio climático exacerbará los mercados de escasez. Los recursos básicos como el agua, los alimentos y los metales necesarios para tecnologías verdes se convertirán en el objetivo de redes criminales que operarán tanto en mercados legales como ilegales. A medida que las poblaciones desarraigadas por desastres naturales migren en búsqueda de refugio, el tráfico y la explotación de personas crecerán exponencialmente. Este fenómeno será amplificado por la incapacidad de los Estados de enfrentar el problema, ergo, generando un vacío que el crimen organizado llenará con eficacia.
Otro factor transformador será la adopción de tecnologías avanzadas. La inteligencia artificial y los audios/videos deepfake facilitarán el fraude, la extorsión y otras operaciones delictivas a distancia. Algunos Estados autoritarios podrían aliarse con redes criminales para aprovecharlas como herramientas de influencia geopolítica.
El informe también destaca la creciente "hibridación" en donde las fronteras entre lo legal y lo ilegal se desdibujan. Empresas legítimas participarán en actividades ilícitas (un fenómeno ya observable en México). Este proceso podría llevarnos a un punto en el que las diferencias entre gobiernos y organizaciones criminales sean apenas discernibles.
La crisis de gobernanza será el telón de fondo de esta quinta ola. Con gobiernos débiles e incapaces de responder a las necesidades de sus ciudadanos, el crimen organizado asumirá roles tradicionales gubernamentales; desde proveer seguridad hasta garantizar acceso a bienes y servicios (otro fenómeno ya observable en nuestro país). Esta legitimidad adquirida por grupos delictivos les permitirá prosperar como estructuras de poder paralelas.
La Iniciativa Global deja claro que las estrategias tradicionales para combatir el crimen organizado ya no serán suficientes. En lugar de centrarse exclusivamente en la persecución de delincuentes, se deben atacar las raíces del problema: la falta de gobernanza efectiva, la desigualdad económica y los impactos del cambio climático. Es un llamado a la acción inmediata, porque, como bien señala el documento: "el tiempo no juega a nuestro favor".
Nos enfrentamos a un futuro no tan lejano en el que el crimen organizado podría redefinir nuestra realidad global. Este panorama no es inevitable, pero revertirlo requiere un nivel de coordinación, innovación y voluntad política no visto con anterioridad.
La pregunta no es si podemos combatir esta quinta ola, sino si estamos dispuestos a hacerlo antes de que nos arrase.
POSTDATA – Una luz de esperanza en el horizonte: a finales de la semana pasada se llevó a cabo la “Operación Enjambre” en la cual varios mandos policiales del Estado de México (uno de estos se suicidó) y la presidenta municipal de Amanalco fueron arrestados acusados de colaborar con redes criminales. Lo más importante de esta operación fue la inteligencia desarrollada y la coordinación operativa entre la Secretaría de Seguridad federal, la Fiscalía estatal y las Fuerzas Armadas.
Consultor en seguridad y manejo de crisis
@CarlosSeoaneN