El próximo año se cumplirán tres décadas de la reforma constitucional que creó el Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNSP), un órgano con la misión de construir acuerdos políticos que dieran paso a una política de Estado en la materia.
En estos casi 30 años hemos visto circular a cinco presidentes (Zedillo, Fox, Calderón, Peña Nieto y López Obrador) de tres partidos políticos distintos (PRI, PAN y Morena) y también hemos visto ir y venir a distintas fuerzas del orden civiles hasta capitular toda la estrategia de seguridad al Ejército, mismo que deja de accionar tareas vitales de Seguridad Pública, ya sea porque no saben o no pueden hacerlas, precisamente, porque no son de su competencia al no ser policías.
A la presente administración le quedan poco más de 500 días para entregar el poder y es claro que su visión acerca de cómo combatir al crimen está más que definida y no habrá ajuste alguno, independientemente de si los resultados han sido satisfactorios o no.
El presidente quiere la inclusión permanente (vía constitucional) de la Guardia Nacional en las Fuerzas Armadas y hará todo lo que esté en su poder hasta el último día de su mandato para tratar de asegurarlo. Y seguramente, quien compita por la presidencia el año entrante representando a la oposición, ofrecerá todo lo contrario, sino es que, inclusive, hasta formar una nueva agrupación de policía.
Pareciera que a nadie le interesa aprender de los aciertos y errores del pasado. Cualquiera que llegue al poder puede decidir lo que le venga en gana sin tocar base con el aprendizaje acumulado después de 30 años de la formación del SNSP.
Ahora, otro de los puntos clave aquí, es la falta de rendición de cuentas y lo ejemplificaré con un caso del gobierno de Peña Nieto. Al término de éste, la violencia criminal iba en un ascenso vertiginoso rompiendo los cruentos récords dejados por su antecesor. Miguel Ángel Osorio Chong, quien fuera el secretario de Gobernación en ese entonces, se encargó que su dependencia absorbiera a la Secretaría de Seguridad Pública para que tuviera a su cargo todas las labores de inteligencia, así como de las corporaciones policiacas.
¿Y qué fue lo que dijo Osorio Chong ante su evidente fracaso para pacificar al país? Palabras más palabras menos, que la inseguridad había sido un pendiente que no pudieron resolver. Fin de la historia. ¿Y la rendición de cuentas? Bien, gracias.
Por cierto, Osorio es hoy Senador de la República por parte del PRI.
Tantos esfuerzos invertidos, miles de millones gastados, cientos de miles de homicidios dolosos acumulados en seis lustros… y de verdad, ¿todavía no sabemos qué sí funciona y qué no funciona en materia de Seguridad Pública?, ¿en serio vamos a llegar a la elecciones del año entrante sin tener claro el rumbo para aplacar a la bestia criminal en nuestro país?
México ya no quiere otro sexenio de inventos e improvisaciones con la esperanza que ahora sí se cumplan las promesas de campaña (o los sueños guajiros). Por ejemplo, López Obrador dijo que en su administración se iban a reducir los homicidios dolosos en un 50%, y, sin embargo, en tan solo tres meses más, rebasaremos los 156,066 asesinatos registrados en el sexenio pasado.
Como sociedad no solo tenemos que exigir el qué van a hacer para arreglar el problema, sino el cómo es que lo van a hacer. Fijar objetivos claros y medibles y contar con un mecanismo de rendición de cuentas. Si algo o alguien no funciona, hagan los ajustes requeridos (a tiempo) como lo haría un entrenador con su equipo.
Aferrarse, remacharse y atornillarse a una estrategia por necedad y orgullo solo conllevará a
escuchar nuevamente que la inseguridad fue un pendiente que no pudieron resolver.
POSTDATA – La joven de 18 años, Debahni Escobar, desapareció hace un año al salir de una fiesta en Monterrey, su cuerpo fue hallado 13 días después en el fondo de la cisterna de un hotel. A pesar de lo mediático que fue este caso y de la presión social derivada del mismo, no hay detenidos ni respuestas ante múltiples interrogantes. Ojalá y me equivoque, pero todo apunta a que permanecerá impune. El fracaso total del Estado ante los feminicidios.
POSTDATA II – La DEA publica en la sección “Los fugitivos más buscados” de su página web a los hijos del Chapo Guzmán que siguen libres (Ovidio ya fue capturado y espera la extradición) ofreciendo 10 millones de dólares de recompensa. Repito lo que escribí la semana pasada, los “chapitos” vivirán hasta su captura o muerte resguardados y a salto de mata.
https://www.dea.gov/es/node/11281
Consultor en seguridad y manejo de crisis
@CarlosSeoaneN