No daba crédito a lo que escuché decir al presidente el pasado martes en su mañanera, de hecho, tuve que repetir en más de una ocasión el video en X (Twitter) que mostraba a López Obrador comparando los homicidios entre Sinaloa (gobernado por Morena) y Guanajuato (gobernado por el PAN) para proclamar que Culiacán y el resto del estado no estaba atravesando una crisis de violencia derivada de la división que padeció el Cártel de Sinaloa tras la detención/secuestro de El Mayo Zambada, su líder histórico.

AMLO dice que todo es propaganda de sus adversarios y de los medios de comunicación para perjudicarlo.

Y así repasó los datos de asesinatos ocurridos en México mencionando 11 fechas distintas y hablando de las vidas perdidas como si fueran piezas de un juego de Lego recién sacadas de su caja.

“Vamos adelante, 13. Ah, el fin semana, fue largo, cuatro días, en cuatro días Guanajuato 42; Estado de México, 28; Nuevo León, 27; Sinaloa, 26; Puebla, 22; Chihuahua, 21; 49% en seis estados, 13% de los 337 (homicidios) de cuatro días en Guanajuato”.

Lo leo y sigo sin creerlo, la conclusión de la lectura de los asesinatos tras 11 días: “Ah, sí, 40 de Sinaloa y 102 en Guanajuato”. Es brutal la insensibilidad mostrada una y otra vez buscando imponer una narrativa defensiva. En resumen; como hay más homicidios en un estado gobernado por el PAN que en uno gobernado por Morena, el problema que dicen que hay en Culiacán no es tal. Fin de la historia y háganle como quieran.

Amable lector, durante el pasado fin de semana rebasamos oficialmente la cantidad de 198 mil homicidios dolosos en todo el territorio nacional durante la presente administración. La cifra más alta de la historia en los últimos 100 años.

Y si no vamos a rebasar los 200 mil no es porque no vayan a acontecer de aquí al 1 de diciembre, sino porque que la duración de este sexenio no fue de seis años, sino de 5 años 10 meses. Se espera que octubre y noviembre sumen cerca de 4,500 homicidios más.

Claramente, los expresidentes Calderón y Peña Nieto no lograron erradicar la violencia, pero desmantelaron a los entonces grupos más violentos (Beltrán Leyva, Zetas, Juárez, Caballeros Templarios). En cambio, la actual administración no ha desarticulado una sola organización criminal de gran envergadura como las anteriormente mencionadas.

Y estos monstruos son un maldito barril sin fondo que solo saben alimentarse de la violencia para seguir creciendo, aumentando así su poderío geográfico.

¿Y qué sigue entonces? En tan solo ocho días, Claudia Sheinbaum tendrá que atender un fenómeno de grave inseguridad, paradójicamente, muy similar al de Felipe Calderón al inicio de su gobierno; organizaciones criminales empoderadas, pero sin cohesión al interior, divididas entre sí y dispuestas a pelear una guerra sin cuartel.

López Obrador falló en su diagnóstico de la inseguridad al inicio de su administración, creyendo que al narco y/o al crimen organizado se le puede contener e inclusive reducir, sin enfrentarlos.

Dijo que iba a lograr una disminución del 50% (respecto al sexenio anterior) en materia de asesinatos, pero la realidad es que estos aumentaron un 27%.

El gobierno apostó por la contención, la famosa 'Pax Narca', que no es más que una tregua tácita que le permitió a los grupos criminales seguir expandiéndose. Este enfoque, lejos de reducir la violencia, continuó la consolidación del poder de las organizaciones delictivas, haciendo más difícil desarticularlas en el futuro.

Y con el sexenio llegando a su fin, la narrativa para evadir la realidad no cambiará los hechos. Tan no los cambiará que acaban de llegar a Culiacán otros 600 elementos del Ejército.

El nuevo gobierno enfrentará un escenario donde los monstruos son más fuertes y peligrosos, y no serán derrotados con discursos vacíos. Las acciones contundentes son la única salida antes de que la violencia nos consuma por completo.

POSTDATA I – El Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas reporta 51,956 personas desaparecidas desde el 1 de diciembre de 2018 hasta ayer. ¿Cuántas de estas desapariciones son en realidad homicidios no registrados? ¿Cuántos más deberíamos agregar a los 198,000 ya reconocidos?

POSTDATA II – “Una muerte es una desgracia, un millón es una estadística”. Esta frase, atribuida al dictador Stalin, refleja la realidad que vivimos hoy: los números han deshumanizado el dolor. Cientos de miles de homicidios y desaparecidos son solo una cifra en los informes. Es esta insensibilidad la que permite que el discurso político minimice la tragedia que enfrentamos, reduciendo la violencia a simples estadísticas.

Consultor en seguridad y manejo de crisis

@CarlosSeoaneN

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