Hace poco más de un año, se instaló un campamento migrante en la zona conocida como " El Chaparral " a la entrada de la garita del cruce fronterizo en Tijuana, con intenciones de " cruzar al otro lado ", como coloquialmente se define la intención de ingresar a los Estados Unidos. Esto sucede regularmente - no es la primera vez, ni será la última - puesto que esta frontera es la más activa del mundo sin parangón. El contingente inició con algunas docenas de hermanas y hermanos migrantes y en menos de 60 días superó el millar de personas de infinidad de nacionalidades y todas las edades. Había desde Hondureños hasta Haitianos, pasando por Colombianos, Venezolanos, Salvadoreños, Guatemaltecos, etcétera, etcétera, etcétera, hasta Mexicanos. Valientemente la Alcaldesa Monserrat Caballero enfrentó la situación y buscó una solución integral y lo logró a cabalidad, llevando a la mayoría de los pobladores para ser atendidos en los distintos albergues con que cuenta afortunadamente la Ciudad. Sin embargo, nadie hubiera imaginado que en menos de dos meses un nuevo universo de migrantes estaría ocupando el espacio de forma por demás inesperada, pero evidentemente en una monumental obviedad. Estas líneas las estoy tecleando en un avión el domingo 20 de marzo camino de Monterrey a Tijuana donde inmediatamente me desplazaré a la zona con el ánimo de conocer personalmente la situación. Leí con profunda preocupación en distintos medios nacionales, internacionales e incluso locales, que las autoridades norteamericanas están aceptando el ingreso inmediato de solicitudes de visa humanitaria únicamente para los residentes de Ucrania, pero no así, para nacionales Rusos, lo que me parece además de preocupante y triste, un disparate. Cómo es posible que tomen esa actitud, como si la situación de guerra se trasladará a nuestra frontera y los migrantes que requieren un trato de emergencia tuviera que definirse por un miope e inhumano agente de Migración, qué poca vergüenza. Entiendo que la ruta de acceso, de escape agregaría, es salir de sus países de origen y tomar un vuelo a Cancún con evidentes recursos económicos, pero con muy poca información, donde al llegar solo preguntan, cómo llegar a Los Estados Unidos, recibiendo la inmediata respuesta es por Tijuana y de ahí es la logística que hoy se está gestando en nuestra tierra. Tijuana y todo

Imagina que no hay países
No es difícil
Nada porque matar o morir
Y ninguna religión tampoco
Imagina toda la gente
Viviendo la vida en paz
John Lennon

Baja California es tierra de migrantes, es uno de nuestros máximos orgullos, tener el gran honor de recibir, atender e integrar a hermanas y hermanos de todo el planeta, sin revisar jamás calidad migratoria, somos en la práctica - más allá del discurso - una real ciudad santuario, por la justa ubicación estratégica y privilegiada que se nutre de ello, pero que quede claro que no es un problema, es un fenómeno infinito y natural lleno de aspectos justos y positivos e igualmente con miles de áreas de oportunidad, que no podemos ni debemos definir como negativos, estamos hablando de seres humanos como tú, ella, él, yo, nosotros.

Pase lo que pase con la terrible situación que está sufriendo el pueblo Ucraniano, pero también una gran parte del pueblo Ruso, tienen por supuesto derecho a emigrar, pero por sobre todo, tienen derecho a vivir en paz donde deseen y si es en Tijuana, con el corazón en la mano les diré, esta es tu casa y aquí serán eternamente bienvenidos hermanas y hermanos de todo el mundo.

Hasta siempre, buen fin.

Añoranzas I

De forma por demás inteligente, los tres órdenes de gobierno actuaron de manera eficiente y lograron que los insistentes migrantes de Rusia mayoritariamente, se instalen en hoteles y casas de asistencia para tramitar su ingreso a la Unión Americana y con esto desde el fin de semana pasado se logró tranquilizar la zona, que una vez más amenazaba en convertirse en un foco de espera inútil e innecesario para la esperanza que permanentemente nace en el corazón de quienes se desplazan con ánimo de superación valido y al que inmediatamente acompañaremos de forma constante, porque migrantes somos todos y sin duda no dejarán de llegar afortunadamente.

Añoranzas II

El pianista Alemán Davine Mantello, decidió a través de las redes sociales que quería hacer algo más por los desplazados y refugiados de la guerra y se trasladó a las inmediaciones de la frontera Polaco-Ucraniana, donde en la Ciudad de Medyca instaló un piano hechizo de madera, pintando a mano el signo universal de La Paz, con un teclado electrónico de su propiedad con el apoyo de varias aportaciones donde toca por horas música de amor y tranquilidad para los que van llegando en medio de los acordes de " Imagina ", la inolvidable y emblemática pieza de John Lennon que se convirtió en un himno para toda la humanidad.

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