A la entrañable memoria de Luis Arturo González Cruz, por su monumental legado como líder social, empresarial, político y familiar.
Francis Kane fue el nombre que recibió al nacer, sin embargo, al quedar huérfano, le otorgaron el nombre adoptivo de Harold Rubin, respetando su origen de niño judío descendiente de inmigrantes rusos. Por cierto, el seudónimo con el que alcanzaría la fosforescente fama universal con menos de 20 años fue Harold Robbins, con el que firmó sus 25 obras literarias e infinidad de guiones para el cine. En la entrega anterior les comenté ampliamente, Queridas amigas, apreciados amigos, distinguidos lectores, sobre sus primeros éxitos con libros extraordinarios convertidos en bestsellers que fueron devorados prácticamente por miles de millones de lectores a nivel planetario, traducidos a más de 30 idiomas (¿alguien sabrá cuántos hay?) y vendidos en más de 1000 millones de ejemplares.
El que teclea, después de las referencias anteriores a "Los Insaciables", "Los Aventureros" y "El Pirata", que leí a mediados de los años setenta, jamás imaginé que vería en la pantalla en septiembre de 1979 - previo a leer el libro - "Los Sueños Mueren Primero", que para el celuloide se tradujo al español con el afortunado y sugerente título de "Los buenos chicos visten de negro". En esta cinta, un jovencísimo Chuck Norris (10 de marzo de 1940, Ryan, Oklahoma, USA) realmente actúa muy bien, además de repartir patadas y trancazos al por mayor. 45 años después, la recuerdo como si fuese ayer, además de que en medio de la pandemia volví a leer el libro apenas hace 3 años. ¡Qué memorias tan fantásticas!
Creo sinceramente que su máxima obra fue "El Líder" (1979), que retrata místicamente, de forma novelada por supuesto, la increíble vida del líder sindical, cabeza de la unión de trabajadores más poderosa de los Estados Unidos de Norteamérica, bautizado como Jimmy Hoffa (14 de febrero de 1913, Brazil, Indiana, USA / desaparecido sin razón el 30 de julio de 1975, supuestamente enterrado en algún lugar oculto en el vecino país, quizá,
probablemente). Esta obra fue llevada a la pantalla con una actuación insuperable del genial Don Jack Nicholson (22 de abril de 1937, Neptune City, Nueva Jersey, USA), basada, desde mi limitado punto de vista, en el libro citado líneas arriba. En el año de 1981, mi Santa Madre me regaló para mi cumpleaños la novela de moda con el sugerente título de "Adiós Janette". En estas páginas, el siempre brutal y descriptivo Harold Robbins nos detalla la vida, imaginada por él, vívidamente sexual y productiva, de la legendaria reina de la moda, Doña Gabrielle Bonheur (Coco) Chanel (19 de agosto de 1883, Saumur, Francia / 10 de enero de 1971, Hôtel Ritz, París, Francia), quien falleció en la habitación que aún hoy lleva su nombre. A espaldas del emblemático hotel parisino se encuentra la calle Rue Cambon, sede de su primer taller, aún vigente, elegante, sofisticado y misterioso.
Un año después, Robbins, nos descoloca con su nueva novela "El narrador de historias" (1982). Sus admiradores, fanáticos y lectores, leímos ahí prácticamente la rica vida del autor, considerándola como una primera entrega literaria autobiográfica. Francamente, se desnuda hasta el alma, y para variar, la obra se vende por toneladas en todo el mundo. Lo seguí leyendo hasta su desaparición terrenal el 14 de octubre de 1997, e incluso después, porque sus libros se publicaron hasta principios de este siglo en distintas ediciones, con editores de su propia escuela y legado.
Para concluir esta sensible remembranza con ánimo de sentido homenaje, cerraré con el último libro que me impactó del maestro Don Harold Robbins, compartiendo con ustedes lo que le decía a mi amada GEMY hace unos días respecto de nuestro autor: "Amor, es increíble la actualidad de Robbins." En su obra "El descenso de Xanadu" (1984), hace 40 años, parecería estarnos describiendo al actual Elon Musk (Pretoria, Sudáfrica, 28 de junio de 1971), el hombre más rico del planeta, dueño de su destino, totalmente desquiciado por la ambición, el sexo y particularmente el poder. Vaya visión tan futurista. En palabras del inmortal Don Jorge Luis Borges, la literatura cada vez más cerca del periodismo o viceversa, ¿no creen?
Hasta siempre, buen fin