I. No existe otra forma de tratar de describir esta situación que vivimos en la actualidad respecto al tema migrante, sin sentir rabia, coraje, y un descontento hacia la insoportable pasividad gubernamental internacional sobre el tema. Me queda claro que la vida de un migrante no tiene el más mínimo valor, pues el desprecio, con el que se considera en muchas ocasiones a los migrantes, no tiene precio por deshecho, y aun así es un mercado por el cual muchos se pelean.
“Siempre tuve la esperanza de que esta tierra se convirtiera en un asilo seguro y agradable para la parte virtuosa y perseguida de la humanidad, sea cual sea la nación a la que pertenezcan”.
GEORGE WASHINGTON
II. Basta de hipocresías, además de una serie de sentimientos que me desbordan el ánimo de una sed de justicia por y para las víctimas, los muertos y las muertas, los niños y las niñas, por todos los que seguirán muriendo. Nada de esto es justo, no es humano ni sacro. Temo por los tiempos que vienen, me queda claro que la migración es no sólo un problema de éxodos, sino que, en algún momento, será visto como amenaza incluso castrense.
III. El pasado lunes 27 de junio llegamos mi GEMY y yo a la esplendorosa sede del salón audiovisual de la Universidad Xochicalco en Tijuana, Baja California, era un día especial, una fecha señalada en el calendario con gran antelación por nuestros generosos anfitriones, los queridos amigos Francisco y Rosangel y su retador grupo de estudiantes de la carrera de comunicación. El motivo del encuentro era hablar un poco del significado de la “Comunicación” y el libro sobre migración presentado meses antes. Un libro bastante significativo del cual después ahondaré.
No me sorprendió que muchos de esos jóvenes ávidos de conocimiento era hijos de migrantes.
IV. El año 2021 lo cerramos con una serie de artículos publicados en esta casa editorial; donde denunciamos una de las más conmovedoras historias de este siglo, cuando un tráiler se volcó con más de un centenar de hermanas y hermanos migrantes donde la gran mayoría perdieron la vida. Más de una tercera parte de esos viajeros, entre los que iban niños, todos dejaron de existir. Y repito, me resulta horrendo señalar que, dentro de ese número, sucumbieron más de 36 menores, como no sentirse culpable y cómplice de tanta ineptitud, de tan dolorosa incompetencia. La migración y sus problemas, declaro con coraje y sin ánimo de equivocarme, es responsabilidad de todos en el planeta, pero en este caso es tema y salmo que deben entender y aprehender tanto Estados Unidos como México.
V. Me da bastante pena la indolencia y la complicidad de los gobiernos, de las sociedades, más pena aún me dan los responsables asesinos que comercian con su propia especie como si fueran animales que no sufren, que no temen, que no tienen sed. Los titulares de los medios periodísticos no tienen ningún impacto porque cada tragedia se suma al cosmos del caos en el que vivimos. Que indolencia de los políticos y las autoridades responsables que no protegen a sus connacionales. Un gobierno no puede llamarse íntegro si no elimina o acompaña la movilidad humana.
VI. A raíz de la desgracia migrante de diciembre, sentí la obligación de convocar a los mejores seres humanos que conozco, mujeres y hombres comprometidos con la humanidad, la protección de los derechos universales por la vida, la existencia y la libertad para transitar por el planeta y logramos generar un documento, un libro titulado “Migración, el rostro del siglo XXI”. Ahora bien, mientras presentaba el libro frente a los estudiantes se suscitaba la tragedia en Texas. 59 personas migrantes perdieron la vida en el interior de la caja de un tráiler. No sobra mencionar que el objetivo del libro en cuestión es generar “conciencia” para la creación de una política pública en materia migratoria que, por el amor de Dios, ayude a eliminar el costo de vidas.
VII. El crimen que llevaron a cabo los traficantes humanos es de lesa humanidad. Las condiciones en las cuales se “calcinaron” esos hermanos migrantes es, por demás, triste e indignante. Los traficantes metieron a los migrantes a una caja sin aire acondicionado, además los rociaron con condimentos para que pasara desapercibida la carga por la frontera. ¿Cómo pueden dormir esos traficantes, perros?
VIII. Y dejémonos de puritanismos… así como de este lado de la frontera hay traficantes, de aquel lado también son responsables las autoridades, no puede ser posible que, el país más sofisticado en temas de seguridad, haya dejado transitar un tráiler con una carga humana. Qué autoridades de aduanas, patrullas fronterizas e inclusive políticos están inmiscuidos en esta tragedia. Si no cuestionamos esto formamos parte del problema y no hay que lavarse las manos.
IX. Piensen esto: la temperatura al aire libre ese día era de 40 grados, piensen ahora en la temperatura que se vivió al interior de la caja del tráiler. Mi máximo mentor, y me apena, me hizo notar esta cuestión. Desde que se me hizo ese apunte no dejo de pensar ni de vivir con pena porque no quisiera pensar que en un futuro esa tragedia tocara a las puertas de mi propia familia. No sabemos qué nos depara el futuro. Rezo por mis hermanos migrantes muertos, espero que estén ya en la gloria eterna, y también pido para que por fin la migración y los temas de que de ésta se desprendan sean considerados prioritarios y como una crisis humanitaria mundial, que ya lo es en teoría, pero sólo como tema de sobremesa.
Para finalizar les dejo esta frase tomada de la Biblia, del libro del Éxodo: “jamás oprimirás al extranjero, pues usteden saben cómo se siente ser extranjero porque alguna vez lo fueron en la tierra de Egipto”. Qué hermosa frase y qué profundo sentido político, si es que entienden.
Hasta siempre y buen fin
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