¨Yo no brindo por ella, compañeros,
Siento esta vez no complaceros,
Brindo por la mujer, !pero por UNA!
Por la que me brindó sus embelesos
Y me envolvió en sus besos,
Por la mujer que me arrulló en la cuna ¨.

El brindis del bohemio
 

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A mí idolatrada Madre, por sus 81 marzos.

Todo sucedió en menos de una semana, fue entre el jueves 14 y el martes 19 de septiembre del año 1979. Tenía el que escribe apenas 17 años cumplidos cuando hable muy seriamente con mi Papá, que al escucharme con suma atención, al instante le marcó por teléfono desde su oficina a mi Madre a la casa, pidiéndole que organizará una boda, porque mi novia, esperaba un bebe y tenía ya seis meses de gestación. Ese mismo día platiqué con su hermano ( era su tutor, sus progenitores, abuelos de mis tres maravillosos hijos, gracias a ella, ya habían fallecido ) francamente su reacción fue mejor de lo esperado, dadas las circunstancias, ya que ni siquiera sabía que éramos novios, ella tenía apenas 16 años. Mi Papá que conoce muy bien a los hombres, me preguntó que si quería que me acompañara a platicar con él, le dije que por supuesto que no, que era mi deber y que me iba a casar, que era lo correspondiente, puntualmente me contestó.... ¨ Un embarazo no es una razón para casarse, aunque tendrás que responder y tu vida cambiará completamente, desde hoy primero serán tu pareja y tu hijo antes que tú, pero si te quieres casar, nosotros te apoyaremos, aunque debes saber la única, verdadera y valida razón para contraer matrimonio ¨, conociéndolo perfectamente bien le dije, ¨ Estoy enamorado ¨, solo puntualizó, ¨Es la única razón que cuenta, así es que adelante ¨. Enseguida me dio un sabio consejo, para variar, ¨ Cita a tu futuro cuñado en un lugar público, de preferencia un restaurante y siéntate cerca de la puerta por si te quiere dar un ¨descontón ¨, puedas salir corriendo, seguramente va a querer hablar conmigo, le dices que lo espero en la casa a las 6 en punto, porque los jerarcas llegaran a las 8 a platicar con nosotros ¨. Los jerarcas eran mis dos abuelas, mi tío Gerardo y mi bisabuela que en medio del asombro y la alegría me dieron infinidad de guías, lecciones y premoniciones. Al día siguiente entré por primera vez en mi vida a la oficina del Alcalde de la ciudad de Tijuana, que estaba ubicada en el antiguo Palacio Municipal, en la calle 2da, para efectos prácticos era el primer acto político de mi existencia, además del encuentro con el máximo jefe de la comuna, que me recibió en un tono jocoso lleno de sonrisas y parabienes, sabía a lo que me llevaban, de alguna forma tenía que autorizar el matrimonio de dos menores, literalmente embarazados, además con el tutor que apenas estaba aceptando a regañadientes. La gestión oficial la realizo mi inolvidable tío Gerardo que era el Contralor General del Ayuntamiento, muy cercano al Señor Presidente Municipal, el Licenciado Xicontecatl Leyva Mortera, como testigo de honor el querido Secretario de Gobierno, Licenciado Federico Valdez Martínez. A la postre también Alcalde de mi bendita tierra, por cierto tío del Amor de mi vida, GEMY, mi actual esposa, además el Licenciado Leyva, igualmente padrino de ella, ambos íntimos amigos de mi querido suegro, Don Valeriano Martínez Loperena, todas figuras legendarias dignas de estas historias. Antes de concluir, justificó toda esta narrativa, tratando de explicar la conexión con la entrega previa, la numero V, sobre este fascinante tema, finalizando la presente columna, con una breve explicación. Recordarán que en la anterior entrega cerramos con la admirada familia Castellanos de Mexicali, sus distintos y amplios logros, por supuesto sus grandes obras. Pues bien, resalta y resulta que después de la gestión y conclusión del mandato de don Milton
Castellanos Everardo, le entregó el poder en 1977 a don Roberto de La Madrid Romandia y que en esas fechas de mi primer matrimonio, el 19 de septiembre de 1979, no sólo era Gobernador de Baja California, si no también vecino cercano, por muchos años, de mis adorados abuelos Don Ramón Álvarez Flores y Doña Consuelo Fernández Bobadilla, en pleno corazón de la colonia Cacho ( o Madero, como le gusta insistir a mi amada GEMY ), qué tal para endulzar las anécdotas de mi hermosa patria chica..... Obviamente continuará.

Hasta siempre, buen fin.


 

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