Los maestros que me enseñaron a entender el periodismo y, sobre todo, a leer a los periodistas fueron: don Jesús Blancornela s, fundador del Semanario Zeta , don Julio Scherer García , creador de la revista Proceso , ambos seguramente en la gloria del Señor. Luego, mis admirados, Jorge Zepeda Patterson , René Delgado Ballesteros y Roberto Rock Lechón , junto con mi querido amigo Sergio Sarmiento Fernández de Lara, sumaron sus lecciones que me hicieron entender aún mejor la labor del escritor y periodista. Hoy que vivimos en un tiempo de métricas y datos duros al mayoreo, puedo decir que Blancornelas fue el primero de esa generación a la que pertenecía, en incluir métricas en sus notas, con número verificados de asistentes a eventos públicos, sobre todo en manifestaciones, como ocurrieron en la calle 2da. De Tijuana, nuestro curioso y propio Zócalo fronterizo; lugar emblema donde se realizan las concentraciones que miden el apoyo de la población, particularmente el músculo político regional desde mediados del siglo pasado.
Lo anterior podría corroborarlo, pero les aseguro que sería intrascendentes pues sé que es real. Por ejemplo, a finales de los años 80 del siglo pasado, cuando fue la contienda entre el panista, Ernesto Ruffo Appel, y la priísta, Margarita Ortega Villa Romo , se midieron en esa arena y cada cual por su cuenta decía haber llevar a 20 mil y la otra parte a 30 mil bajacalifornianos . En este caso, Blancornelas (que, por cierto, también fue el visionario en generar las primeras encuestas de medición, durante lustros infalibles), ordenó un ejercicio simple pero laborioso: mandó fotografías al público desde las azoteas de los edificios aledaños a punto de reunión, para luego poner alfileres con cabezas de colores sobre las cabezas de los asistentes, una vez reveladas las fotografías. De esa forma llevaba a cabo la medición meticulosa y, por demás, fidedigna. Aquella sutileza resultó innegable y esencial.
Así púes, luego de esta anécdota, como decían los izquierdistas que conocí antes del fin del siglo pasado: “dicho lo cual” … Me puse a leer todo lo escrito referente a la marcha a favor del INE que se dio a principios del mes de noviembre y pronto pensé en escribir al respecto de los que marcharon, de los que se manifestaron en pleno derecho de su libertad, y también en los que no salieron a las calles. El ejercicio es innegable . Ahora sabemos que, a favor o en contra del momento político nacional, existen voces que están dispuestas a dar la cara y otras, lo siento si los ofendo, a colgarse del coraje de quienes sí se comprometen por el país. Me llama la atención cómo existen tantos protagonistas que piden un cambio, empresarios y aprendices de políticos, pero no se atreven a meterse a las contiendas, prefieren esconder la mano en detrimento de la democracia real y libre. ¿A qué estamos jugando?
No sé si los números que dictó un funcionario de segundo nivel de la CDMX son reales, así como tampoco sé si las cifras que arrojaron los medios son veraces… ¿casi medio millón?En todo caso, siguiendo la lógica de medición de mis admirados maestros, entiendo que la participación ciudadana no logró siquiera el 1% general tomando como referencia a los 130 millones de mexicanos que somos. Aclaro que esta no es una descalificación sino una reflexión en torno a nuestra realidad. Tonatiuh Guillen López , excelente maestro y amigo, renombrado discípulo del doctor Jorge Bustamante Fernández, presidente fundador del Colegio de la Frontera Norte (COLEF), incomparable institución académica del más alto nivel de Baja California, que también encabezara en su momento el propio Guillén; nos obsequió una serie de joyas en su colaboración semanal en Proceso. Con su escrito apunta el número de mexicanos que realmente somos, incluyendo la diáspora que vive en Estados Unidos de Norteamérica.
La numerología me pareció aleccionadora por su dimensión con el objetivo de apreciar con crítica y contrapunto la marcha a favor del INE . En número redondos, México cuenta con aproximadamente hasta este 2022, año de mi amor por GEMY , 130 millones de habitantes. Ahora bien, sin incluimos a los connacionales que radican en el país vecino del norte, llegamos a 150 millones de mexicanos. Así, entre la gran marcha de la Ciudad de México aunadas las representaciones de los estados, los ciudadanos que salieron a las calles no rondan ni el 1% del total de la población nacional. No sé si podemos hablar de un éxito rotundo, pero quizá sí de una inquietud ciudadana que necesita de más sustento crítico e ideológico, dicho con todo respeto. Para futuras marchas, dejo esta reflexión: Tijuana cuenta con 1.9 millones de habitantes y es, según el INEGI , hasta el año pasado el municipio más grande del país. Eso significaría que quien convoque una marcha que deje una huella profunda en el país debería lograr llevar a la avenida Reforma de la Ciudad de México, toda la población de Tijuana… pero seguimos hablando poco más del 1%... un movimiento nacional, por lo menos, necesitaría de un 51% del apoyo de la población. Cualquier número por debajo de eso no habla de una apatía social no conquistada por la clase política.
Concluyó y retomo una declaración del excelso escritor y filósofo, Sergio Sarmiento : “las elecciones se ganan con votos, no con marchas”. Y para que se den los votos se necesitan figuras que inspiren a los millones de mexicanos que siguen a la espera de una paz social total y funcional.
Hasta siempre, buen fin
Suscríbete aquí para recibir directo en tu correo nuestras newsletters sobre noticias del día, opinión, Qatar 2022 y muchas opciones más.