El conocimiento ilustrado es un modelo propio del enciclopedismo racional que tomó fuerza con Diderot. El hombre moderno es un ser ávido de datos e información, acumulador de conceptos y definiciones en cajones ordenados con base en técnicas de clasificación aristotélicas.
A la vuelta del siglo XX, con el ascenso del neopositivismo, en derecho representado por la Escuela de Viena y, en especial, Hans Kelsen, las universidades centraron la estrategia de educación superior en la reproducción de un conocimiento basada en ejercicios memorísticos y en el recitado de los códigos con un poco entrenamiento lógico para la aplicación a casos concretos. El esplendor del texto legal como fuente primordial de la justicia y el saber de los abogados.
El resurgimiento de la hermenéutica jurídica, los descubrimientos del estructuralismo sobre las limitaciones del pensamiento occidental por la rigidez de su trasmisión y el método de falsación de Karl Popper abrieron los horizontes de la enseñanza del derecho que la masificación de la educación superior alejó.
El advenimiento de la era de la tecnología, la mayor complejidad de la economía, la política y el derecho, la irrupción la generación y tratamiento de inmensas cantidades de datos e información, así como, la proliferación de leyes y normas, el crecimiento exponencial de jurisprudencia, la ampliación de los campos de estudio del derecho y la especialización del conocimiento en todos los niveles obliga a cambiar el enfoque de la enseñanza.
La generación y fomento de habilidades y competencias se convirtió en el objetivo esencial de las instituciones de educación superior y la enseñanza de metadatos, conceptos claves para la búsqueda y comprensión de la información, la estrategia para la formación de profesionales del derecho. Un lenguaje compartido y la capacidad de resolver problemas es lo que actualmente obtiene un estudiante universitario que sea competitivo en un mercado laboral saturado.
En este contexto educativo, las redes sociales adquieren una fuerza didáctica superlativa. Las TICs son una herramienta indispensable en cualquier salón de clases y evita la ilustración sin sentido. Fechas, personajes, lugares, anécdotas históricas y todo tipo de datos se obtiene con la consulta inmediata de la red. Los costos de acceso a la información se reducen en forma significativa, pero esto no es suficiente con la disposición de la web 4.0.
El conocimiento interactivo, la inmediatez del intercambio de las ideas, la imagen como medio de transmitir valores, antivalores y el lenguaje directo, breve y conciso está sustituyendo con una rapidez inusitada el modelo de educación basado en el emisor-autoridad receptor-alumno en un espacio físico con un contacto presencial.
Sin duda, la interacción maestro-alumno es indispensable en una formación integral, pero el peso cambia en favor de los medios electrónicos y la comunicación virtual. Más que generar, tratar y transmitir información la labor educativa consiste en consolidar y profundizar procesos críticos de pensamiento, que obliguen al estudiante a revisar la realidad -problemas específicos a resolver- desde diversos enfoques teóricos, tecnológicos y prácticos que presenten soluciones viables en un momento determinado.
En un maremágnum de información, multiplicación de las falacias metodológicas y endiosamiento del relativismo moral, las universidades, como en la edad media, se convierten en centros de garantía del conocimiento verdadero, entendido éste, no como la explicación absoluta de un fenómeno, sino la búsqueda sistemática y ordenada de la verdad con base en una metodología identificable guiada por valoraciones explícitas.
Las redes sociales deben contribuir a este proceso de generación auténtica de conocimiento y su divulgación, bajo el supuesto de que una idea que no se puede comunicar con sencillez puede esconder una argumentación falaz.
La apertura de las redes sociales no es una desventaja. Abre los alcances de la difusión, pero simultáneamente cierra por elección de los usuarios los espacios. Los individuos determinan con base a sus intereses qué pensamiento recibir y ese es el reto para quien busca utilizarlo como medio educativo.
El primer paso de cualquier centro de investigación es garantizar que los contenidos tienen calidad científica y filosófica, el segundo es comunicar con eficiencia a comunidades amplias. La experiencia profesor-alumno se puede compartir en redes sociales y enriquece tanto a los emisores de los mensajes que se producen en esa relación como en los receptores a distancia.
La mejor forma de compartir la experiencia académica vital es la red social y la tarea lograr un equilibrio entre lo superficial que puede tener la comunicación de una imagen y la comunicación de conocimiento valioso. El principal aliado de esta estrategia de comunicación es la juventud que se acumula en las universidades y su natural espontaneidad.