Mi abuelita decía que alguien desordenado y descuidado era un desparpajado. El presidente López Obrador utiliza las palabras Pueblo y Rico con gran desparpajo. Todo lo resuelve etiquetando a las personas y confrontándolas con la voz del pueblo que es Él. Lo malo es que paulatinamente se va haciendo un vacío a su alrededor que aterra a quienes saben que lo peor que le puede pasar a una sociedad es ser dirigida por un líder que sólo obtiene apoyo en su círculo cercano.
¿Es legítimo ser rico? Es una pregunta que debe hacerse a menos del 1% de la población si la imagen de riqueza la vinculamos con los grandes capitales como Slim o Salinas Pliego, que en México han logrado su inmensa fortuna con la explotación de concesiones públicas ¿Hay una línea de riqueza? ¿Quién no es pobre es rico? ¿Qué es la clase media? ¿Sólo los ricos son fifís? ¿Existe la clase media?
¿Todos los ricos son güeritos, blancos y descendientes de españoles? ¿Todos los pobres son descendientes directos de los pobladores de estas tierras antes del inicio de la colonización? ¿A dónde conduce esta lucha de clases impulsada desde el gobierno?
¿Qué vamos a hacer con los ricos? Se pregunta el presidente en una mañanera rodeado de ricos. Algunos integrantes de su gabinete son muy ricos. Olga Sánchez Cordero, Alfonso Durazo, Marcelo Ebrard y Manuel Barttlet. Otros apenas son clase media acomodada como Eréndida Sandoval, Jorge Alcocer, Román Meyer y María Luisa Alcalde. Ninguno ha vivido en la pobreza en los últimos 30 años y si acumularon muchos recursos durante el denostado neoliberalismo.
¿Es ilegítimo el ahorro producto del trabajo y el esfuerzo? o ¿sólo es ilegítima la riqueza heredada o la que proviene de bienes de capital, de las rentas de inmuebles, la industria o el comercio? En el discurso presidencial maniqueo, discriminador y clasista ser dueño de cinco inmuebles o más -uno para el descanso de fin de semana- es un motivo de vergüenza y oprobio. El pueblo pobre no acepta servidores públicos ricos.
Entonces, ¿Por qué se rodea el presidente de ricos y clase media acomodada para gobernar? ¿Ser rico es una actitud ante la vida? En la lógica presidencial, ¿se puede acumular riquezas y mantener un corazón humilde, puro y comprometido con las causas justas?
Esas contradicciones del discurso presidencial explica que el Secretario de Relaciones Exteriores esconda de las cámaras, discretamente, bajo la manga de la chamarra el Rolex de oro que le regaló su esposa o que medio gabinete salga a defender a la Secretaria de la Función Pública por el reportaje sobre sus propiedades.
¿El matrimonio Sandoval-Ackerman es rico o clase media acomodada? ¿Esta condición es congruente con un discurso pseudocomunista contra el capitalismo neoliberal? Las circunstancias personales ¿les permite ser los adalides del combate contra la corrupción estructural -aquella que proviene de la desigualdad provocada por la propiedad privada y que pone al Estado al servicio de los ricos?
La primera propiedad “donde la Secretaria creció con su familia en la colonia popular de Santo Domingo… emblemática por sus luchas por el derecho a la vivienda…” (comunicado de prensa de la SFP) es parte de la regularización de terrenos invadidos o poseídos sin título de propiedad. ¿La Secretaria Sandoval era parte del pueblo cuando obtuvo el beneficio del gobierno y ya no lo fue cuando empezó a acumular más propiedades? o ¿sigue siéndolo aún hoy porque obtuvo su primer propiedad como resultado de una lucha popular?
En principio la riqueza del matrimonio es lícita y debe respetarse el derecho a la fama pública de honestidad a cualquier persona hasta que se le demuestre lo contrario. No comparto el linchamiento público por ser dueños de seis inmuebles.
Lo criticable es la discrepancia entre el discurso y la realidad. ¿Es legítimo pretender distribuir las riquezas de los demás sin tocar las propias? ¿Es correcto acusar de opacos a los servidores públicos del pasado por que no difundían sus bienes y quejarse amargamente cuando se divulgan los suyos alegando que se pone en riesgo su integridad física porque es integrante del gabinete de seguridad?
¿Qué va a hacer el presidente con los ricos de su gabinete? ¿Acaso tiene la profundidad psicológica para descubrir quién es rico o pobre de espíritu, sin que los bienes materiales acumulados lo confundan?
Tantas interrogantes provienen de la forma de ser desparpajada del presidente. El mensaje es confuso, las acciones son contradictorias. Se queja de los ricos y su equipo cercano lo integran ricos o clase media acomodada y hace alianzas con los más ricos de México. Tal vez la que realmente le estorba es la clase media que, como la inmensa mayoría de los servidores públicos, trabaja y se esfuerza para tener tranquilidad patrimonial al final de su vida. Pide respeto a la propiedad producto de su trabajo ¿Esta aspiración es ilegítima? Vale.
Socio Director de Sideris, Consultoría Legal
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