El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) publicó recientemente las cifras preliminares sobre el Producto Interno Bruto (PIB) nacional del tercer trimestre del año. En tres semanas se publicarán las cifras finales, pero las estadísticas oportunas, como las llama el Inegi, tienden a ser muy cercanas a las definitivas. Ya tenemos, pues, información acerca de cómo se comportó la economía en los meses de julio, agosto y septiembre. Y, lamentablemente, las noticias son malas.
Comencemos con las comparaciones entre trimestres consecutivos. Como reportó con anterioridad el Inegi, el PIB del primer trimestre del año cayó 0.2% respecto al del último trimestre de 2018, y el del segundo trimestre creció mínimamente, 0.02%, respecto al del primer semestre. Ahora el Inegi estima que el PIB del tercer trimestre creció respecto al segundo con una tasa de 0.1%. Así pues, como los tres últimos cambios porcentuales fueron -0.2%, 0.02% y 0.1%, la economía no está técnicamente en recesión, aunque sí al borde del precipicio.
Ahora bien, como fue ya comentado en una columna anterior, esos porcentajes se obtienen a través de un procedimiento de “desestacionalización” que no es muy robusto. Por ello es mejor comparar los datos del PIB acumulados y sin el ajuste estacional, los cuales también son reportados por el Inegi. Bajo esa óptica, la situación económica es aún más preocupante. En efecto, el PIB registrado entre enero y septiembre de este año es virtualmente idéntico al registrado en esos mismos nueve meses de 2018. Es decir, la economía experimenta literalmente un estancamiento. Y dado que sólo quedan por contabilizarse los últimos tres meses, no es muy aventurado conjeturar que el crecimiento del PIB en 2019 acabará oscilando entre un 0.2% y un -0.2%.
Pero si la economía nacional está estancada y las economías de algunos estados están visiblemente creciendo, tiene que haber otros estados que estén en una franca recesión económica. Para examinar esto puede utilizarse el Indicador Trimestral de la Actividad Económica Estatal (ITAEE) que publica también el Inegi. Pero antes de compartirle las últimas cifras del ITAEE es necesario señalar dos de sus defectos. Primero, el estimado final del PIB de cada estado para el año de 2019 no se va a conocer hasta mediados de diciembre de 2020. De hecho, al día de hoy las cifras más recientes del PIB estatal corresponden al año 2017. El segundo punto es que los cambios porcentuales que serán mencionados a continuación corresponden a la comparación de las cifras del indicador registradas a fines del segundo trimestre de 2018 con las registradas para junio de este año.
Ahora sí entramos de lleno a los datos. De acuerdo con el ITAEE, los 14 estados que han registrado un crecimiento económico fueron (los números en paréntesis son los cambios porcentuales): Tlaxcala (4.1), Chihuahua (2.8), Colima (2.8), Durango (1.6), Nuevo León (1.5), Aguascalientes (1.4), Baja California (1.1), Jalisco (1.0), Nayarit (1.0), Tamaulipas (1.0), Coahuila (0.5), Quintana Roo (0.4), Yucatán (0.2) y Veracruz (0.1). Quizás no es sorpresivo que, dada su mayor vocación exportadora, en el grupo anterior se encuentren cinco de los seis estados que colindan con territorio estadounidense.
Por otro lado, las 18 entidades donde se registraron caídas fueron: Sonora (-0.4), Querétaro (-0.5), San Luis Potosí (-0.9), Morelos (-0.9), Sinaloa (-1.0), Ciudad de México (-1.3), Guerrero (-1.4), Guanajuato (-1.4), Puebla (-1.6), Michoacán (-1.6), Oaxaca (-2.6), Campeche (-2.6), Estado de México (-2.7), Hidalgo (-2.9), Zacatecas (-3.4), Chiapas (-3.8), Baja California Sur (-7.5) y Tabasco (-10.3). No es tan sorpresiva la caída en el caso de la Ciudad de México, dado el actual deterioro de su sector de la construcción. Un tanto más sorprendente es la significativa contracción económica de la segunda entidad que más aporta al PIB nacional, el Estado de México. Pero todas esas cifras palidecen cuando se las compara con las recesiones que actualmente padecen Baja California Sur y Tabasco.
Profesor titular del Tec. de Monterrey