La población actual de la hermana República del Perú es alrededor de 32 millones de personas, mientras que la de México ronda los 128 millones. Es decir, nosotros somos aproximadamente cuatro veces más que los peruanos. Ahora bien, de acuerdo con las cifras compiladas por la Universidad de Johns Hopkins, hasta el 15 de agosto pasado el número de casos confirmados del coronavirus Covid-19 por el gobierno de Perú fue 516,296. Y aquí viene la pregunta: durante el mismo lapso, ¿cuántos casos fueron confirmados como tales por el gobierno en México? Si no conociéramos a nuestras autoridades, diríamos, a ojo de buen cubero, que más de dos millones. Pero la cifra oficial fue 517,714. ¡Casi la misma que la de Perú!
Esa diferencia es debida a que las autoridades mexicanas, al contrario de las peruanas y las del resto del mundo, decidieron, de manera irresponsable, reducir al mínimo el número de pruebas para detectar el coronavirus. Pero, entonces, ¿cómo podemos estimar las cifras para México? No es fácil hacerlo, aunque el portal público de Youyang Gu, un joven brillante que radica en Estados Unidos y es experto en inteligencia artificial, puede darnos una pista. De acuerdo con sus estimaciones, extrapoladas de los datos de otros setenta países, más de dos millones de mexicanos están actualmente infectados por el virus y, quizás sorprenda aún más esto, casi 16 millones de mexicanos sufren o han sufrido hasta el día de hoy la infección, la mayoría sin saberlo.
Las estimaciones anteriores son importantes porque ayudan a perfilar la evolución que puede tener la pandemia en el futuro. Aunque las cifras fundamentales son, moralmente hablando, las correspondientes a los decesos que ya ocurrieron debido al virus. Estas últimas cifras sí se pueden estimar de manera más precisa, debido al notable esfuerzo de varios investigadores mexicanos. Aquí se citarán los hallazgos de Mario Romero Zavala y Laurianne Despeghel, publicados de manera regular en el taller de datos de la revista Nexos. Pero también son interesantes varios artículos al respecto publicados en EL UNIVERSAL por Raúl Rojas, el afamado inventor mexicano que radica en Alemania, así como tuits de expertos como Alejandro Macías y Stacy Nguyen.
La metodología que desarrollaron Romero y Despeghel es la clásica. Para empezar recopilaron el número de decesos registrados semanalmente antes de la pandemia por los gobiernos estatales. Hecho esto pronosticaron, usando técnicas de series tiempo, lo que hubiera ocurrido en las semanas subsecuentes de no haber aparecido el coronavirus. Finalmente contrastaron ese pronóstico de muertes “típicas”, por decirlo de alguna manera, con el mayor número de muertes registradas durante la pandemia. Ese exceso de mortalidad, esa diferencia entre las muertes oficiales y las pronosticadas, fue debido probablemente, aunque no siempre, a decesos por coronavirus que no fueron identificados como tales, sino como neumonía, influenza, etcétera, por las autoridades.
Sus resultados sugieren que el número real de decesos debido al coronavirus ha sido, al menos, tres veces mayor al número oficial. Así pues, aun cuando hasta el 15 de agosto pasado 56,543 mexicanos habían fallecido oficialmente por el virus, la cifra real fue, por desgracia, casi 170 mil.
Profesor del Tecnológico de Monterrey