Desde hace ya una década el organismo de las Naciones Unidas se ha dado a la tarea de estimar anualmente un índice de felicidad para casi todos los países del mundo. Su último reporte al respecto, el World Happiness Report 2022, acaba de ser publicado y no tiene desperdicio.
El índice se estima en cada país a través de un sondeo. A los encuestados se les pide que imaginen una escalera con diez peldaños, dando al piso el valor de cero, y que sitúen su nivel de felicidad personal en alguno de ellos. Aunque hay otras, ésa es la pregunta clave de la encuesta. Para estimar el índice de felicidad se procede entonces en dos pasos. Primero se calcula la media del número de escalones reportados por los encuestados en ese año, y luego se toma el promedio de las medias así obtenidas en los últimos tres años.
De acuerdo con el más reciente reporte de las Naciones Unidas, y como es ya costumbre, el nivel de felicidad reportado por los habitantes de Finlandia (7.821) es el mayor del mundo. Y como es quizás de esperarse, entre los diez primeros lugares se encuentran también los otros países nórdicos: Dinamarca, Islandia, Noruega y Suecia. Hay, sin embargo, hallazgos un tanto más sorprendentes. Por ejemplo, Singapur, un país cuyo ingreso nacional per cápita es mucho mayor que el de cualesquiera de los países nórdicos, apenas ocupa el número 27 en la lista. De hecho, el índice de felicidad reportado para Singapur (6.480) resulta ser menor que el de Costa Rica (6.582).
Entre los países de América Latina el mejor lugar lo ocupa precisamente Costa Rica (lugar 23). Los siguientes siete en la lista son: Uruguay (30), Panamá (37), Brasil (38), Guatemala (39), Chile (44), Nicaragua (45) y México (46). En nuestro caso el valor del índice de felicidad resulta ser 6.128. Nótese que, como se mencionó antes, tal valor es un promedio de las respuestas obtenidas en 2019, 2020 y 2021, justo los primeros tres años de la actual administración.
¿Es el valor de nuestro índice de felicidad alto o no? La manera de contestar esa pregunta no es solo contrastándolo con el de otros países, sino también con el nivel de felicidad que nosotros mismos reportábamos en años anteriores. Una comparación interesante sería, en particular, con el valor del índice de felicidad publicado en 2019 y que resulta ser la media de las respuestas obtenidas en las encuestas levantadas en 2016, 2017 y 2018, justo los tres últimos años del sexenio pasado.
De manera sorpresiva, el valor del índice de felicidad estimado entonces fue 6.595, no 6.128 como en el último reporte. Más aún, México ocupaba en esa otra lista el sitio 23 y Costa Rica era el único otro país de América Latina que tenía un mejor lugar. En ese año, México se situó inclusive un escalón arriba del alcanzado por Francia.
¿Por qué se dio, en tan solo tres años, tal desplome en el índice de felicidad de México? No debido a la pandemia por sí misma, pues todos los países la padecieron. ¿Cuál fue entonces la razón? Quizás fue la manera errónea como se enfrentó a la peste, tanto en términos de vidas perdidas como en términos económicos.