El crecimiento económico es una condición necesaria, mas no suficiente, para que una nación logre emprender la senda de un creciente bienestar social. Por ello, desde 1990 el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) estima anualmente su llamado Índice de Desarrollo Humano (IDH) para casi todos los países. Uno de los tres componentes del índice es el tradicional, el ingreso real per cápita. Pero los otros dos componentes son de otra índole: la longevidad potencial y el nivel educativo de los habitantes en cada país. Por cierto, de acuerdo con el IDH 2019 México ocupa el lugar 76 entre 189 países. Nada de qué preciarse.
Creado hace tres décadas, el índice del PNUD se basa en solo tres indicadores dada la carencia, en aquel entonces, de estadísticas confiables para muchos países en desarrollo. En contraste, a partir de la década pasada, la organización internacional Social Progress Imperative estima anualmente su llamado Índice de Progreso Social (IPS), el cual está basado también en tres grandes componentes pero usando ahora 54 indicadores diferentes. Los grandes rubros son: necesidades humanas básicas (por ejemplo, vivienda), fundamentos del bienestar (por ejemplo, educación) y oportunidades (por ejemplo, inclusión). Por cierto, de acuerdo con el IPS 2020 México ocupa el lugar 62 entre 163 países. Nada de qué enorgullecerse.
Felizmente, dada la gran diversidad regional que hay en nuestro país, ambos índices son ya también calculados anualmente para cada una de las 32 entidades federativas. La oficina del PNUD en México lo hace en el caso del IDH, mientras que en el caso del Índice de Progreso Social quien lo estima es el siempre inquieto y profesional colectivo México, ¿Cómo Vamos? De hecho, este lunes 30 de noviembre a las diez de la mañana el organismo presentará de manera virtual su IPS subnacional 2020, el cual estará disponible en su portal tras el evento. El estudio está muy bien elaborado y, como acostumbra el colectivo, es presentado de manera muy visual y sintética. No tiene desperdicio, pero además está lleno de sorpresas. A continuación un ejemplo.
Para todo propósito, la Ciudad de México tiene el mayor producto interno bruto per cápita. En algunos años Campeche puede resultar con un PIB per cápita mayor, pero eso es artificial ya que en su producción se incluye la extracción de petróleo en aguas territoriales. Por ser la más rica y por ser la capital del país, uno pensaría entonces que la Ciudad de México obtendría el mayor puntaje en el Índice de Progreso Social. Pero no es así, ocupa apenas el quinto lugar. Los primeros cuatro lugares los tienen Nuevo León, Sinaloa, Yucatán y Coahuila.
La Ciudad de México obtiene el primer lugar en una docena de los indicadores empleados para construir el índice; por ejemplo, en las matriculaciones que se dan en los tres niveles de educación básica. Pero en el caso de otros indicadores su desempeño relativo es muy pobre; por ejemplo, en la incidencia de la corrupción y en el nivel de crimen violento. Finalmente, hay cuatro indicadores en los que la ciudad queda de hecho en la cola: el porcentaje de hogares con título de propiedad, la inseguridad percibida, la mortalidad por enfermedades circulatorias y la mortalidad por diabetes.
Profesor del Tecnológico de Monterrey.
@CarlosM_Urzua