Primera fotografía. Gabriela Jiménez Godoy está vestida de novia. Posa sonriente junto a sus invitados, entre ellos, un testigo de honor: el expresidente Felipe Calderón, a quien acompaña su esposa, Margarita Zavala. El novio, Edgar García Ancira, es conocido por estar en el entorno de negocios del hijo de Santiago Creel Miranda, en esos despachos fiscalistas que primero se pusieron de moda y luego se pusieron en la mira.
Segunda foto. Gabriela Jiménez está al pie de la escalinata del INE. Llega con 261 cajas que, dice, contienen más de un millón de firmas a favor de la consulta que quiere hacer el presidente López Obrador para la revocación de mandato.
Gabriela Jiménez Godoy fue candidata de la alianza PAN-PRD en el 2018. En el 2021 fue candidata de Morena. Ganó, pero con trampa, según determinó el tribunal electoral que le quitó la diputación.
Ella, que antes era dura crítica de AMLO, hoy encabeza la organización “Que siga la democracia”, creada para complacer al presidente en su nuevo desplante de ego: lograr la consulta para la revocación de mandato, y ganarla abrumadoramente. Ella es la encargada de juntar las firmas. Necesita poco menos de 3 millones, pero ella dijo que va a recolectar 4 millones.
En esa tarea, no está sola. Está engranada con la subsecretaria del Bienestar, Ariadna Montiel, quien controla los padrones de beneficiarios de los programas sociales de este gobierno.
Según fuentes oficiales, operadores de Morena piden las firmas en las mesas de pagos de las pensiones a adultos mayores. Gran parte de los programas sociales se entrega presencialmente. Muchos adultos mayores, por ejemplo, hacen viajes y filas de horas para recibir su dinero. Hay denuncias de que en esas mesas de pago hay representantes de Morena llenando formatos de la revocación de mandato y presionando a la gente a firmar, ayudándose de la presencia intimidante de la Guardia Nacional que “cuida” dichas mesas.
La coincidencia de fechas es demoledora: las mesas de pago se instalaron en los primeros seis días de este mes. Un millón de firmas llegaron al INE el día 9 y otro millón de firmas llegaron el día 12. Están por llegar dos millones de firmas más.
No es sólo con el programa de adultos mayores. A los comités de padres de familia beneficiados con el dinero de La Escuela es Nuestra les piden juntar firmas en sus comunidades. Lo mismo a los beneficiarios de programas como Bienpesca (aquel que da becas a los pescadores… aunque no sean pescadores), Jóvenes Construyendo el Futuro o Tandas del Bienestar (que ya no tendrá presupuesto este año).
Todo, claro, por debajo del agua. Pero hay gente dentro del gobierno que está indignada con este uso de los programas sociales. Gente que creyó que realmente serían diferentes a los del pasado. Y que prefiere denunciar los abusos, antes que ser cómplice en silencio de convertirse en todo aquello que antes criticaban.