No tuvieron que disparar un solo tiro cuando detuvieron al Ñecas en mayo de este año. Considerado por las autoridades como uno de los más encumbrados operadores del cártel huachicolero, lograron rendirlo en su casa en una zona residencial de Celaya, Guanajuato.
A Marco Antonio Flores Martínez, alias El Ñecas, se le conoce por ser quizá el más sanguinario del cártel de Santa Rosa de Lima. Lo detuvieron en el marco del Operativo Golpe de Timón, en una acción encabezada por la Fiscalía General de Guanajuato. Tenía órdenes de aprehensión por homicidio y secuestro. Concretamente, por la masacre del centro nocturno “La Playa”, en Salamanca, que cobró quince vidas; las cuatro ejecuciones en una vulcanizadora de Valle de Santiago, y el asesinato de Gilberto Muñoz Mosqueda, número dos de la Confederación de Trabajadores de México, priista y líder del Sindicato de la Industria Química y Petroquímica de la República Mexicana.
Lo que me relataron fuentes de primer nivel relacionadas con el caso es para dejar helado a cualquiera. El Ñecas y su hermano Jesús Campos González alias El Chucho hablaron de realizar dos atentados: poner una bomba en un avión y hacer explotar un ducto de Pemex. Todo, como medida de presión ante el acoso de las autoridades locales y federales en contra de su organización criminal y del líder de ésta, José Antonio Yépez Ortiz, alias El Marro.
Hace unos días, el periódico El Universal reveló una grabación telefónica en la que se escucha a Yépez Ortiz hablando con su mamá. Confirma lo que las autoridades han venido diciendo sobre este individuo: está a salto de mata, escondiéndose donde puede, cambiando de refugio cotidianamente, durmiendo lo mismo en casas de seguridad que acampando en cuevas de los montes guanajuatenses. Le han ido cerrando el margen de acción, estrechando el cerco en torno al triángulo de comunidades del bajío que era su bastión. Los funcionarios de alto nivel involucrados en su persecución consideran que caerá pronto.
En este mismo sentido, como parte del Operativo Golpe de Timón contra el cártel de Santa Rosa de Lima, que arrancó en diciembre de 2018, se ha completado un nutrido catálogo de personas detenidas así como de armas, vehículos y viviendas aseguradas. Entre los inmuebles, los tres más lujosos son “la casa de las siete albercas” (cuya existencia y fotografías le revelé en estas Historias de Reportero la semana pasada), la mansión que tiene una palapa (que fue dada a conocer por las autoridades en marzo de este año) y aquella en la que fue detenido El Ñecas, en un fraccionamiento residencial de Celaya.
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