Uno de los programas emblema de esta administración federal, Jóvenes Construyendo el Futuro, destinado a dar capacitación y empleo a quienes no estudian ni trabajan, se está desplomando. Basta ver cómo le han ido restringiendo el presupuesto: en 2019 le tocaron 40 mil millones de pesos; bajó a 25 mil millones en 2020, para este 2021 ya fue de sólo 20 mil millones y el proyecto de egresos para 2022 plantea que se quede más o menos por ahí, es decir, a la mitad de cuando inició.
Las autoridades han tratado de tapar ese fracaso diciendo que la reducción presupuestal se debe a que han cumplido los objetivos. Ellos saben que no es verdad. Al grado que, según me relatan fuentes del propio gobierno, saben que la Auditoría Superior de la Federación los trae en la mira por la cantidad de fraudes y falta de supervisión.
¿Quiere usted recibir dinero del gobierno sin que nadie le pregunte? Bastante sencillo: invente que tiene, digamos, un café internet. Junte dos computadoras en la sala de su casa, acomode las sillas de su comedor como si fueran espacios contiguos para clientes, tome una foto, diga que es dueño de un café internet y que va a capacitar a dos jóvenes. ¿Quiénes? Pueden ser sus sobrinos. Nadie va a verificar nada: ni que exista el café internet, ni que los chavos sean reales, ni que vayan efectivamente a capacitarse.
Casos como este los hay por todos lados: falsos negocios con falsas capacitaciones a falsos ninis. Pero el dinero fluye. Y el engaño no sólo es externo: delegados y subdelegados metían como beneficiarios a sus trabajadoras del hogar, choferes y familiares. Había quejas de que metían hasta a sus hijos. Se los permitían a manera de ayuda económica extra. Todo esto fue denunciado ante la Secretaría de la Función Pública.
No es la única irregularidad. En el gobierno federal ya se dieron cuenta que varios gobernadores del PAN y el PRI han cooptado a los “servidores de la nación” que se encargan de dar de alta a los negocios y los jóvenes en el programa: sobornan a los “servidores”, hacen que enlisten a sus bases electorales y hacen caravana con el sombrero del gobierno federal morenista. Ya sin contar que la inserción laboral de los jóvenes capacitados no ha alcanzado los objetivos esperados.
El asunto, me aseguran, ha llegado hasta al escritorio del presidente López Obrador. Hay versiones de que el presidente está contrariado por los tropiezos de ambos programas (Jóvenes Construyendo el Futuro y Servidores de la Nación).
La semana pasada, un reportaje de Animal Político exhibió que 322 mil “jóvenes construyendo el futuro” fueron contratados en las diferentes dependencias del gobierno, de los cuales 41 mil jóvenes en realidad fueron asignados como “servidores de la nación”. En síntesis, comisionados a hacer operación electoral a favor de Morena. Esa fuerza laboral-electoral se dio al arranque del sexenio gracias a un pacto político entre Gabriel García, quien estaba al frente de los “servidores”, y Horacio Duarte, quien era el subsecretario del Trabajo encargado de “Jóvenes…”. Hay que recordar que al frente de los “servidores” estuvo Teresa Guadalupe Sahagún, a quien le detectaron irregularidades por 450 millones de pesos. Gabriel García la protegió sacándola de ahí y mandándola a educar adultos, al INEA.