Se prepara una sacudida en el gabinete de Delfina Gómez, en el Estado de México. Tiene que ver con el tema que es, por mucho, el más sensible para la población de esa entidad: la inseguridad.
La morenista lleva siete meses en el poder y no está satisfecha con los resultados que ha dado su secretario de Seguridad Pública, Andrés Andrade Téllez, según me reportan fuentes de primer nivel. Este personaje llegó al gabinete mexiquense como fruto de una recomendación de quien es un padrino político, el general Audomaro Martínez Zapata, titular del Centro Nacional de Inteligencia (CNI).
Andrés Andrade Téllez llegó al gabinete de Delfina Gómez con una sombra de sospecha. Tan pronto fue nombrado, se recordaron sus controvertidos antecedentes: fue cesado del CNI en 2020 por órdenes del entonces secretario de Seguridad, Alfonso Durazo, y se le inició investigación interna por el delito de “filtración de información de seguridad nacional”. Cuando Durazo se fue de gobernador a Sonora, el general Audomaro Martínez lo recontrató.
Dicen las fuentes que la gobernadora ya diagnosticó que el individuo no dio resultados y lo va a cambiar. Sólo le falta tomar la decisión de a quién poner en su lugar. Hay dos perfiles ya definidos: uno civil y otro militar. El civil llega recomendado por la candidata Claudia Sheinbaum y su estratega de seguridad y candidato a senador, Omar García Harfuch. El militar trae el aval del presidente López Obrador y del secretario de la Defensa, general Luis Cresencio Sandoval.
Así que para Delfina Gómez la decisión es doble: no sólo qué perfil quiere sino a quién se quiere alinear. Y si desea dar el golpe de timón antes o después de las elecciones, en función de ese cálculo político.
Andrade Téllez no es la única figura incómoda en el gabinete de Delfina Gómez. Las mismas fuentes revelan que también se está evaluando el relevo de la joven secretaria de Finanzas del estado, Paulina Moreno García. Ella llegó al cargo por recomendación de Juan Pablo De Botton, subsecretario de Egresos de Hacienda. De Botton es una de las piezas que ha colocado en lugares clave Andy López Beltrán, el hijo del presidente de México. Como subsecretario de Egresos, De Botton maneja los nueve billones de presupuesto federal. Andy tiene ahí a su alfil, y éste a su vez promovió a Paulina Moreno para que en el gabinete mexiquense tuviera control del presupuesto estatal más grande del país.
El argumento para relevarla del cargo es que aparentemente lleva mala relación con la gobernadora y con buena parte de sus compañeros de gabinete. Le atribuyen incluso el soberbio desplante de haber organizado un “apagón” en el flujo de dinero con tal de que la gobernadora le diera una cita, porque se negaba a recibirla. Este “apagón” habría causado estragos en la operación del gobierno estatal y habría sido la gota que derramó el vaso. Pero a diferencia del secretario de Seguridad, que tiene un pie fuera, en el caso de la secretaria de Finanzas aún hace falta cabildear su salida y su relevo con el hijo del presidente.