Desdibujado su gobierno, hundido en una crisis de credibilidad que consumió dos tercios del sexenio, el entonces presidente Enrique Peña Nieto encontró en el golf la recreación que lo sacara de la realidad.
Uno de sus amigos cercanos, compañeros de golf, solía ser el empresario José Miguel Bejos. Para el líder opositor Andrés Manuel López Obrador, José Miguel Bejos es el ejemplo perfecto de corrupción: un empresario que se vuelve amigo del político más encumbrado del país, que se va a jugar golf y echar unas copas con él, y termina recibiendo contratos multimillonarios. El ícono de la podredumbre del modelo neoliberal.
El jueves pasado, la empresa de José Miguel Bejos fue favorecida con la primera licitación de uno de los proyectos más emblemáticos del presidente López Obrador: el tren maya. Mota-Engil México, asociado con una empresa china y otras más, ganó los contratos para el primer tramo que va de Palenque a Escárcega, por casi 15 mil millones de pesos. No es su primer negocio con el gobierno actual: en febrero anunció con Fonatur una inversión multimillonaria para hacer dos súper hoteles en el Pacífico.
El 20 de marzo de 2019, el presidente López Obrador mandó una carta a la Secretaría de Hacienda para vetar a varias compañías: no podían seguir recibiendo contratos del gobierno federal porque eran ejemplos de la ilegalidad neoliberal. En la dura carta, las acusó de acaparadoras, monopólicas, violadoras de la Constitución e inmorales.
Entre estas empresas estaban Grupo Fármacos Especializados y Farmacéuticos Maypo. Dijo el presidente a Hacienda que “impida la participación en licitaciones o adjudicaciones directas hasta que sepamos a ciencia cierta si hubo en estas operaciones corrupción o tráfico de influencias”. No sólo eso, la Secretaría de Hacienda las incluyó en una suerte de lista negra de las empresas favoritas de Peña Nieto.
Oh, sorpresa: en 2019, el gobierno de la autoproclamada Cuarta Transformación otorgó mil contratos a Grupo Fármacos Especializados y otros mil a Farmacéuticos Maypo. Dentilab también estaba en esa lista, y recibió casi mil 500 contratos.
Recorrido similar el de la Farmacéutica Pisa. Era de las grandes antagonistas de la conferencia mañanera del presidente López Obrador. No faltaban los adjetivos: corrupta, mafia del poder, etc. El 24 de diciembre del año pasado (en una fecha claramente diseñada para que pasara desapercibido el golpe), Pisa obtuvo una de cada cuatro partidas que se asignaron en la licitación de medicamentos.
La lista de contradicciones del presidente se ensancha por minuto.
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