1.- “Salvamos a Pemex y se recuperó la producción petrolera”. Lo dijo el presidente López Obrador con ese nivel de triunfalismo y desapego a los datos el 8 de enero de este año. Se refinanció la deuda de Petróleos Mexicanos a una tasa altísima, las calificadoras siguen considerando que invertir en Pemex es casi tirar el dinero a la basura, mintieron tratando de minimizar el hackeo a sus sistemas informáticos generando una enorme desconfianza, el retraso en pagos a proveedores tiene paralizada a la industria, la administración es muy ineficiente y esto genera un costo de operación alto, el régimen fiscal ahoga a la paraestatal, la operación está plagada de ineficiencias, el uso de plantas e infraestructura está en niveles mínimos y sigue siendo la empresa petrolera más endeudada del mundo. Además, la producción petrolera no logró recuperarse porque el plan de negocios implementado contemplaba explotar 20 campos prioritarios y sólo pudieron echar a andar 5 porque contrataron empresas sin experiencia.
2.- “El peso fortachón”. Lo repite el presidente para presumir que la economía marcha bien en su gobierno porque el dólar está barato. Otra mentira. El dólar está barato porque la tasa de interés en México es una de las más altas del mundo. Como el gobierno del presidente López Obrador ha generado una enorme desconfianza entre los inversionistas, tiene que pagar más para que llegue el dinero. El pago por ese dinero es la tasa de interés, y aunque el Banco de México la ha impulsado a la baja, sigue estando alta en un momento en el que hay países que tienen tasa de interés ¡negativa!
3.- La inflación es bajísima. Con crecimiento cero y cerrada la llave del gasto gubernamental, es muy probable que la inflación se mantenga en niveles mínimos. Es obvio: la economía está paralizada, qué van a subir los precios si la actividad económica está en punto muerto. El propio presidente luego dice, más quedito, que hace falta crecimiento, porque si no, de nada sirve la inflación baja.
4.- La fiesta por la tasa de desempleo. El gobierno escondió el dato de que nada más en diciembre de 2019 se perdieron casi 400 mil empleos. El peor mes desde que el IMSS lleva registro. Pero paralelamente, la tasa de desempleo está teniendo su mínimo histórico. ¿Cómo es posible? Muy sencillo: es un truco. La persona desempleada se define como aquella que durante el mes estuvo buscando un empleo, estuvo disponible para trabajar en los horarios y salarios normales, pero no encontró trabajo. Las becas o apoyos que se brindan a través de programas como Jóvenes Construyendo el Futuro y otros, hacen que los beneficiarios ya no se cuenten como desempleados porque tienen ese ingreso y ya no están buscando trabajo. No se consideran a sí mismos desempleados. Pero esto no es una muestra de que la economía va bien y se están generando empleos: es una muestra de que les llegó dinero de los programas sociales.
El presidente ha tenido logros económicos: subir el salario mínimo sin generar inflación, mantener el equilibrio fiscal, presentar dos presupuestos anuales responsables, conseguir la ratificación del T-MEC aun cediendo más de lo que dijeron, mantener alta la confianza del consumidor. Pero la economía no va bien. A veces lo reconoce tibiamente, pero casi siempre trata de esconderlo con estas cuatro mentiras recurrentes. Le iría mucho mejor a la gran transformación que se ha planteado si hablara con la verdad y dejara de ser esta máquina de generar desconfianza entre los inversionistas que ha sido desde que ganó las elecciones. Está a tiempo.
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