Ayer comentamos las primeras 5 mentiras del gobierno a propósito de la “inauguración” de la refinería de Dos Bocas: inventó un término para no aceptar que era una obra inconclusa, mintió sobre la fecha en que estará realmente operando, manipuló el discurso sobre el precio de la gasolina en México, hizo mal las cuentas en la capacidad de refinación del país y se contradijo en las cifras sobre la producción de petróleo.
No sólo eso:
6. El director general de Pemex presumió que la compra de la refinería de Deer Park en Estados Unidos fue una gran decisión porque tan solo en medio año se recuperó más de la mitad de la inversión. Mentira. El costo total no sólo fue lo pagado a Shell (500 millones de dólares), sino también la deuda que se contrajo (1,000 millones de dólares). O sea, el precio real pagado por el gobierno de México fue de 1,500 millones de dólares. ¿Cuánto se recuperó en medio año? 200 millones de dólares. 200 no es la mitad de 1,500. Ni aquí, ni en China, ni en Pemex ni en Palacio Nacional.
7. Dicen que Dos Bocas es una gran inversión. Dicen que va a producir exactamente lo mismo que Deer Park: 340 mil barriles. Pero Deer Park costó 1,500 millones de dólares y Dos Bocas va en 12 mil millones… ¡ocho veces más! (más lo que se acumule)
8. El director general de Pemex presumió que el mercado nacional de combustibles ya estaba consumiendo 1 millón 176 mil barriles diarios de gasolinas, diésel y turbosina. Y que eso era extraordinario, porque el año pasado sólo se vendieron 844 mil barriles. Lo que no dijo es que en 2018, cuando entraron al gobierno, ya se vendían 1 millón 180 mil barriles diarios. La caída en las ventas de los últimos años no sólo fue por la pandemia: fue también por la fallida estrategia de comercialización y combate al robo de combustibles.
9. En su discurso de la “inauguración”, la secretaria de Energía, Rocío Nahle, dijo que la obra costó 10,200 millones de dólares. Pero no aclaró si ese era el costo total cuando la refinería pueda ya operar comercialmente, o si era lo que llevan gastado hasta la “inauguración de la primera etapa constructiva”. El presidente ya dijo que costará 12 mil millones. Hay especialistas que hablan de que tendrá un costo final de entre 14 y 18 mil millones de dólares. No se puede monitorear porque no hay acceso a la información de los contratos y sus modificaciones. Lo cierto es que, cualquiera que sea la cifra final, sin duda será muy superior a los 8 mil millones de dólares que prometió López Obrador que iba a costar.
10. Los tiempos de entrega no se cumplieron. Al inicio de su sexenio, el presidente dijo que el sábado pasado estaría refinando. Eso no sucedió. Ni va a suceder pronto.
Y como decíamos ayer: pero nada de esto es culpa de un gobierno necio e inepto. Todo es culpa de los neoliberales.
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