La Secretaría de la Función Pública (SFP) impuso una multa de 999,440 pesos a la revista Nexos por presuntas irregularidades en la contratación de una página de publicidad equivalente a 75 mil pesos. Es decir, la multa fue de 13 veces el monto del contrato de la acusada ilegalidad.

Suponiendo sin conceder que tiene razón la SFP, con este criterio, la “implacable” secretaria Irma Eréndira Sandoval debe estar alistando las siguientes multas, proporcionales a las faltas:

1.- Primero, actualizar la multa a León Manuel Bartlett, hijo de Manuel Bartlett Díaz, director general de la Comisión Federal de Electricidad. Porque él buscó saquear vendiendo ventiladores Covid carísimos. El monto del contrato era de 31 millones de pesos, pero Irma Eréndira se vio noble y sólo le impuso 2 millones de multa. Es decir, no fue 13 veces más grande que el contrato como a Nexos, sino 15 veces más chica. Le debió haber puesto 403 millones de pesos. Pero en realidad, si tomamos en cuenta que el gobierno del presidente López Obrador ha dado en total contratos por 162 millones de pesos a Bartlett junior, la multa debería ser de 2,106 millones de pesos.

2.- Pero luego está la multa directa a Bartlett papá. Le tocan 10,400 millones de pesos por la adquisición irregular y no declarada de 23 casas a nombre de él, de su “no esposa, no concubina” y de su hijo. Las propiedades, ubicadas en zonas de enorme plusvalía, tienen un valor de mercado de 800 millones de pesos aproximadamente. Multiplicados por 13, como en el contrato de Nexos, Bartlett debería unos 500 millones de dólares.

3.- A Zoé Robledo, director general del Instituto Mexicano del Seguro Social, le tocan 500 millones de pesos de multa pues esto es 13 veces el valor de los contratos oficiales que han recibido empresas vinculadas a su familia (38.6 millones de pesos) durante su gestión como senador y después como funcionario de la 4T.

4.- Y para cerrar con el buen ejemplo, la auto-multa. 78 millones de pesos de sanción para Irma Eréndira Sandoval por haber recibido de manera irregular una casa que le regaló un gobierno emanado del mismo movimiento político al que ella pertenece. No es que la necesitara, no es que ella y su esposo no tuvieran vivienda digna (de hecho, tienen seis propiedades), sino que sencillamente se la donó el gobierno, la escrituró a su nombre y ella la aceptó gustosa. No es una escuela, un museo, un centro cultural. No. Eso estaría justificado. 78 millones de multa porque esa casa que le regaló el obradorismo cuesta 6 millones. Es decir, no se tomarán en cuenta —un gesto con la titular de la dependencia— las seis casas de las que gozan Irma Eréndira Sandoval y su cónyuge, el académico y estrella de la televisión pública obradorista, John Ackerman.

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