Hoy hace un año que revelamos los videos de Pío López Obrador recibiendo dinero en efectivo como parte de una serie de entregas programadas para la campaña de su hermano, el hoy presidente de México, de manos de un operador de un gobierno estatal.

Un año en que el mandatario ha repetido una y otra vez que ya se acabó la corrupción, que él no es tapadera de nadie, que ya no hay influyentismo y que ya no es como antes porque ahora nadie está por encima de la ley.

Un año en que instituciones del Estado han actuado con prontitud para abrir investigaciones sobre personajes a los que el Presidente considera adversarios.

Un año más de pañuelito blanco y barrido de escaleras de arriba para abajo y Estado de Derecho en vez de estado de chueco.

Un año en que han congelado cuentas desde 20 mil pesos a participantes en las protestas de Chihuahua que no le gustaron a López Obrador, por poner un ejemplo. Han investigado a candidatos incómodos para Morena en plena campaña electoral. Han señalado como corruptos en la conferencia mañanera a decenas de personas, grupos y organizaciones que se atreven a criticar al presidente o simplemente a discrepar de él.

¿Qué hubiera hecho AMLO si se tratara de videos del hermano de un expresidente… o de un gobernador de oposición… o de un exsecretario de Estado? ¿Qué hubieran hecho la Fiscalía General de la República, la Unidad de Inteligencia Financiera de Hacienda y el Servicio de Administración Tributaria?

Un año de que el presidente afirmó que lo que documentaron los videos no es corrupción, sino que eran aportaciones al movimiento, contribuciones comparables con las que recibieron los protagonistas de la lucha por la Independencia de México.

Un año en que continuó la impunidad para compañeros de viaje del presidente cuyas corruptelas han sido documentadas.

Un año de que no hubo respuesta alguna de Pío López Obrador. Para qué, si la respuesta, absolutoria a priori, la dio su hermano desde el más alto puesto de poder del país.

¿La FGR, la UIF, el SAT?… Nada.

Y van a ser dos meses de que revelamos el video del otro hermano del presidente, Martín Jesús, recibiendo dinero en efectivo, contándolo, del mismo personaje que abasteció a Pío.

¿La respuesta de Martín Jesús? Ninguna. También la dio su hermano. Esas ya no fueron aportaciones sino un préstamo personal, un trato entre particulares, según el presidente.

¿La FGR, la UIF, el SAT?… Nada.

Un año más en que el presidente dice una y otra vez, con énfasis dramático, que sus adversarios hacían un uso faccioso de la justicia y el poder.

Feliz cumpleaños.

SACIAMORBOS.— Ahora que le gusta poner canciones en la mañanera, que pida “Un año más” de Mecano, y se la dedique a su hermano Pío.

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