La primera vez que lo publiqué fue en mayo. Han pasado cinco meses y el gobierno no ha sido capaz de desmentirlo porque está basado en cifras oficiales. Más aún, los datos que durante estos meses siguieron emitiendo las autoridades, confirman la hipótesis: eso de que bajó el huachicol es un discurso político; en realidad, el huachicol no ha bajado.
Va la demostración con las cifras actualizadas. El presidente dijo que cuando entró al gobierno los huachicoleros se robaban 58 mil barriles diarios de combustible.
Tras su estrategia que generó desabasto en enero, presumió que logró bajar el huachicol 94%. Lo repite seguido.
Si hacemos la cuenta, esto quiere decir que ya sólo se roban 3 mil barriles diarios (se dejaron de robar 55 mil barriles de gasolina y diésel cada día)
Si se dejaron de robar esos barriles, Pemex tendría que haber aumentado sus ventas o las empresas privadas que comercializan combustible tendrían que haber subido sus ventas. Porque la gente sigue necesitando el combustible, y si ya no lo consigue con los huachicoleros, lo tiene que conseguir de manera legal.
Eso no ha sucedido.
Antes de la implementación de la estrategia antihuachicol, Pemex vendía 1 millón 15 mil barriles diarios de gasolina y diésel. Fue el promedio en el último trimestre de 2018.
Si ya no hay huachicol, ese número debió haber subido 55 mil barriles (los que ya no venden los huachicoleros) y alcanzar 1 millón 70 mil barriles diarios.
Pero no. De hecho, las ventas de Pemex no sólo no aumentaron, sino que bajaron. En los primeros nueve meses de este año, Pemex ha vendido en promedio 987 mil barriles diarios. Esto es 83 mil barriles MENOS que en el mismo periodo de 2018.
Esto significa algo más grave: en realidad el huachicol no ha bajado, sino que ha subido, y en vez de ser de 58 mil barriles diarios ya es de 25 mil barriles más, es decir, 43% más.
Pero demos el beneficio de la duda. Vamos a pensar que el presidente no nos está engañando. ¿Qué otras explicaciones podrían existir a que haya bajado el huachicol y no hayan aumentado las ventas de Pemex?
1.- La primera es que haya subido el precio de la gasolina. Y no ha subido. O ha subido muy poquito. No para explicar un faltante así. Además, la gasolina tiene lo que en Economía se conoce como demanda inelástica, o sea que es tan indispensable que se compra, aunque suba de precio.
2.- Hay nulo crecimiento del PIB. Todos sabemos que la economía está estancada. A lo mejor por eso se consumen menos combustibles. Pero no. De entrada, porque el crecimiento anda en cero. Eso confirmaría que al menos se debe consumir la misma cantidad de combustibles. No es como que se haya desplomado. Entonces eso no es.
3.- Si se comprara menos gasolina, se vería en el Producto Interno Bruto, y no se ve. Es decir, la economía tendría que estar cayendo más de 10% para que esta fuera la explicación y afortunadamente, no hay esa crisis.
4.- ¿Habrá menos coches? No. Según el Inegi, hay 560 mil vehículos más en que en diciembre de 2018, antes de que se supone se acabara el huachicol.
5.- ¿La gente usa menos el coche? No hay ninguna evidencia de eso. Basta ver la contaminación.
6.- ¿Hay menos gasolineras? Tampoco. La cifra se mantiene estable en alrededor de 12 mil.
7.- ¿Hay exceso de inventarios en las gasolinerías? Tampoco, porque la capacidad de almacenamiento es limitada (tres días en promedio, algunos cinco días), y sí los usan.
Siete teorías. Todas desechadas.
8.- Pues entonces sólo que las que estén aumentando sus ventas sean las empresas privadas que ya pueden importar combustible por la reforma energética, y ya tienen sus gasolineras y toda la cosa. Tendrían que haber aumentado las ventas de estas empresas privadas en 83 mil barriles diarios. Pero no pasa. Según un estudio de la Comisión Federal de Competencia Económica de enero de este año, aunque 75 marcas distintas a Pemex venden gasolina al consumidor, Pemex abastece el 94% de ese combustible, es decir, las extranjeras sólo tienen una participación de 6% en el mercado. Tendrían que haber duplicado su negocio y estar vendiendo alrededor de 138 mil barriles al día, cuando en realidad están vendiendo sólo cerca de 60 mil barriles.
Eso se puede comprobar también por el lado de la oferta de combustibles: la oferta nacional de gasolina y diésel es la suma de lo que produce Pemex, lo que importa Pemex y lo que importan las empresas privadas (porque no pueden producir). En los primeros nueve meses de este año Pemex produjo más o menos lo mismo que en los primeros nueve meses del año pasado. O sea que Pemex no ha aumentado su producción. Tampoco ha aumentado sus importaciones. De acuerdo con las Estadísticas Petroleras que publica PEMEX cada mes, en los primeros nueve meses de 2018 se importaron en promedio 833 mil barriles al día de gasolinas y diésel. Sin embargo, al revisar el mismo intervalo de este 2019 resulta que las importaciones de gasolinas y diésel fueron de sólo 707 mil barriles diarios. O sea, no sólo no aumentaron las importaciones, sino que bajaron 126 mil barriles diarios.
Entonces si no subió la producción de Pemex, si no subieron las importaciones de Pemex, si se supone que ya no hay huachicol, pues las empresas privadas tuvieron que haber aumentado sus importaciones como en 126 mil barriles. Y tampoco. La Secretaría de Energía en fechas recientes dio a conocer el Prontuario Estadístico de Petrolíferos que realiza con información del SAT. Muestra que entre enero y septiembre de 2018, y el mismo periodo de 2019, las compañías privadas aumentaron sus importaciones en 79 mil barriles diarios. Si esta cifra fuera cierta, seguirían estando perdidos 47 mil barriles diarios. Es decir, que en el super mejor de los casos, el huachicol no habría bajado 95% como sostiene el presidente, sino sólo 20%. Pero eso ya es como con ganas de echarle la mano.
Lo que es cierto es que eso de que el huachicol está prácticamente eliminado es un cuento. Y si no basta ver un dato brutal: según los datos oficiales de Pemex, el número de piquetes a sus ductos ha bajado… 6%. ¿O sea que el huachicol bajó 95% pero los ductos perforados para ordeñar sólo bajaron 6%? ¿Qué lógica tiene esto? Ninguna. La única lógica es que el huachicol sigue ahí. Y alguien nos quiere ver la cara.