Acusa de “traición a la patria” a los legisladores de oposición que votaron en contra de su reforma eléctrica en el Congreso. A los pocos días, el expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, cuenta que nunca había visto a alguien “doblarse” como se dobló López Obrador cuando Trump le ordenó destinar gratuitamente 26 mil soldados mexicanos a parar migrantes.
El presidente no logra tener los votos suficientes para cambiar la Constitución. Pierde la votación en el Congreso, pero dice que en el fondo esa derrota es un triunfo.
Presume tener una popularidad que es récord mundial: 70%. Pero a la consulta que armó para ratificar su mandato sólo acudió a respaldarlo el 16% de los votantes.
Una de las ministras de AMLO en la Suprema Corte, esposa de su constructor favorito, otorga un amparo al hermano incómodo, Pío López Obrador, para que la FGR no entregue al INE la carpeta del caso. El argumento: proteger los datos personales de Pío. Simultáneamente, el presidente en su conferencia de prensa diaria divulga datos personales del periodista que reveló el video donde Pío aparece recibiendo fajos de billetes en efectivo clandestinamente y diciendo que el dinero es para su hermano Andrés Manuel.
El presidente dice que ya se terminó la corrupción. Simultáneamente, su exconsejero jurídico a quien considera un “hermano”, denuncia a su Fiscal General por corrupción. El fiscal General, a su vez, tiene un expediente abierto contra el exconsejero jurídico… por corrupción.
El presidente da por cancelado el diálogo con artistas y activistas que denuncian el ecocidio del gobierno al construir el “tren maya”. Argumenta que decidieron no ir. Los artistas y activistas contestan que todos, salvo uno de ellos que no se encuentra en el país, estaban listos para acudir a Palacio Nacional el día y la hora en que los habían convocado.
¿Cómo aguantas a este señor (AMLO) todo el tiempo?, le pregunta la periodista Concepción Villafuerte al vocero presidencial. “Esto me tocó”, contesta resignado Jesús Ramírez. Se sinceró. No sabía que lo estaban grabando.
El que se pasa fustigando al expresidente Carlos Salinas de Gortari tiene entre sus filas a uno de los salinistas más connotados. Puso al frente de Segalmex (Seguridad Alimentaria Mexicana) a Ignacio Ovalle. Segalmex es como el Conasupo de Salinas. Ovalle encabezó Conasupo con Salinas y Segalmex con AMLO. Cuando la Auditoría Superior le descubrió irregularidades por 9 mil millones de pesos, López Obrador lo protegió cambiándolo de área.
Un fin de semana con manifestaciones por todo el país: mujeres clamando el alto a los feminicidios. El presidente no le dedica ni un minuto de sus casi tres horas de mañanera.
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