En enero de 2020, el portal de noticias canadiense The Breaker News divulgó que el senador morenista, Napoleón Gómez Urrutia “ Napito ”, había sido visto tomando un vuelo de la Ciudad de México a Canadá portando un pasaporte canadiense. Eso viola la Constitución mexicana: un senador no puede tener doble nacionalidad. El multimillonario líder sindical minero debió haber renunciado a la nacionalidad canadiense en 2018, antes de tomar posesión como senador.
Al senador Napito le preguntaron al respecto, y fue críptico en su respuesta. No dijo si mantiene la doble nacionalidad. Sólo declaró: “mi renuncia a cualquier nacionalidad distinta a la mexicana fue dirigida a las autoridades de México (...) desconozco si las autoridades canadienses hubieran tenido al suscrito por renunciado”.
Tengo en mi poder copia de un documento en el que, por orden de un juez, Napito respondió a un ciudadano sobre el espinoso asunto de su posiblemente ilegal doble nacionalidad. Tiene sello del Juzgado Decimocuarto de Distrito en Materia Administrativa el 4 de marzo de 2021. El senador admite que nunca renunció a la nacionalidad ante las autoridades canadienses: “Renuncié a cualquier nacionalidad extranjera ante las autoridades que considero son las competentes, que en el caso lo son las mexicanas, no las canadienses”. Después señala que “no fue necesario hacer trámites en Canadá de existir alguno para esos fines conforme a las leyes de ese país”. Expresa: “Desconozco si las autoridades canadienses hubieran tenido al suscrito por renunciado a algún derecho con motivo de la renuncia que formulé ante las autoridades mexicanas”. Y se justifica: “Lo que sí es un hecho es que mis abogados en aquel entonces coincidieron en que era absolutamente innecesario el duplicar el trámite ahora en Canadá”.
¿Tiene lógica que el senador Napoléon Gómez Urrutia renunciara a la nacionalidad canadiense… ante las autoridades mexicanas? Si usted va a cambiar de trabajo, ¿mandaría su renuncia a la empresa que lo va a contratar o la mandaría a la empresa que está por abandonar?
A lo mejor lo que quiere Napito, una de las más desprestigiadas figuras de la política nacional , es instrumentar otra de sus simulaciones: hacer como que renuncia a la ciudadanía canadiense, que no se enteren las autoridades de Canadá, así mantiene la ciudadanía y si en el 2024 se le acaba el fuero como legislador, puede huir de nuevo a su lujosa vivienda en Toronto. Es tener a la mano una ruta de escape por el caso de la denuncia de trabajadores mineros que lo acusan de haberles robado 55 millones de dólares.
Porque si Napito hubiera querido renunciar realmente a su ciudadanía canadiense, no era difícil. El trámite no es secreto: si se teclea “cómo renunciar a la ciudadanía canadiense” en Google, los primeros resultados que arroja son los sitios oficiales de Canadá. De acuerdo con la página oficial del gobierno canadiense, sí existe una Aplicación para Renunciar a la Ciudadanía Canadiense. Incluso enlista seis requisitos: ser ciudadano de otro país que no sea Canadá, no vivir en Canadá, tener al menos 18 años de edad, no ser una amenaza a la seguridad de Canadá, no padecer una enfermedad mental y no ser sujeto de un procedimiento de revocación de ciudadanía.
¿Será que el senador morenista escogió ignorar abiertamente la existencia de este trámite? ¿Será que lo hizo para seguir impune?