Existe en la opinión pública el consenso de que la oposición no tiene figuras para competir en 2024 por la Presidencia de México. Ya sea en alianza opositora o por separado, en la escena pública nadie parece entusiasmar lo suficiente, nadie parece con el atractivo necesario para encender la llama en la esquina de enfrente al gobierno. El vacío se vuelve aún más notable porque el presidente está metido de lleno en la contienda de su sucesión: tiene candidata, tiene dinero, tiene popularidad y tiene al partido que hoy encabeza las preferencias electorales. Para muchos esto es motivo de desesperación y desánimo, como si la suerte estuviera echada.
Sin embargo, si analizamos los últimos 35 años de la historia política de México, el Año 3 de un sexenio –la mitad del camino– es un muy mal predictor de quién será el siguiente presidente de México:
En el Año 3 de Miguel de la Madrid, Carlos Salinas era un joven promesa del gabinete, pero nadie lo consideraba presidenciable. En la lista estaban Manuel Bartlett, Alfredo Del Mazo González, Jesús Silva-Herzog Flores.
En el Año 3 de Salinas, Zedillo era el nerd del gabinete. Ni siquiera Luis Donaldo Colosio parecía tener amarrada la candidatura: estaban en la pelea Manuel Camacho, Pedro Aspe…
En el Año 3 de Zedillo, Vicente Fox era un locuaz gobernador de Guanajuato que llamaba más la atención por sus excentricidades que por la posibilidad real de ser, ya no digamos presidente, sino siquiera candidato del PAN a la Presidencia.
En el Año 3 de Fox, Felipe Calderón acababa de ser nombrado secretario de Energía, posición a la que renunciaría a los pocos meses, rompiendo con el mandatario de su propio partido que no lo tenía entre los presidenciables: todos los reflectores eran para Santiago Creel y se especulaba si se atrevería Fox a postular a su esposa, Martha Sahagún.
La excepción que confirma la regla sucedió en el sexenio de Calderón: Enrique Peña Nieto fue desde muy temprano puntero en las encuestas. Pero incluso en el Año 3 de Peña, Andrés Manuel López Obrador no encabezaba las encuestas, batallaba para juntar gente en sus mítines y las mediciones marcaban que era de los políticos de los que la ciudadanía tenía más opinión negativa.
Moraleja: el Año 3 es muy mal predictor de quién ocupará la Presidencia. Importante lección para quienes no ven a nadie y para quienes ya se vieron.
SACIAMORBOS
Con Zacatecas en la mira por la violencia, al ser gobernado por uno de los Monreal muchos voltean al hermano más poderoso de la familia: el presidenciable Ricardo Monreal. Pero en el estado cuentan que muchas veces por encima del hermano senador, en el hermano gobernador influyen dos personajes: la superdelegada Verónica Díaz Robles y la consejera del INAI Julieta Del Río. Cuentan que haciendo escala en esas dos figuras se pueden explicar muchos de los choques públicos entre hermanos: uno presidenciable, otro gobernador y uno más alcalde.