El presidente López Obrador se refirió a mi columna de ayer, en su conferencia mañanera. Irónicamente dijo: “ahora Loret de Mola está preocupado por el desabasto de las medicinas. Muchas gracias a todos, eso es la democracia, de que todos ayudemos”. De nada.

El presidente se enojó al leer en estas Historias de Reportero que su gobierno está escondiendo las verdaderas estadísticas sobre el desabasto de medicamentos. Denuncié que dentro del propio Instituto Mexicano del Seguro Social habían detectado un histórico desplome en la atención a las recetas de los derechohabientes: en cinco meses cayeron de casi 99% a aproximadamente 89%, algo que no se había visto en muchos años. Se trata del Índice Nacional de Atención a Recetas, que elabora el propio Seguro Social, al que tuve acceso pero que no ha hecho público.

Sin embargo, en el “Pulso de la Salud” que realiza todos los martes en la conferencia mañanera, el gobierno federal reportó que se estaban surtiendo 98% de las recetas.

¿Había entonces una contradicción entre los datos de la mañanera y los datos internos del IMSS que revelé en esta columna? ¿Por qué el gobierno federal decía que se surtían 98% de las recetas y lo revelado aquí señalaba que era nueve por ciento menos? En realidad, no.

Ese 98% que presumieron en la conferencia mañanera es solamente de las farmacias del IMSS-Bienestar, lo que antes era IMSS-Prospera, que equivale a aproximadamente diez por ciento del IMSS.

La caída hasta 89% que le revelé tiene que ver con todo el IMSS, no solo un pedacito.

Cuestionado en la mañanera por mi colega reportera Rocío Jardinez, el director general del IMSS, Zoé Robledo, tuvo que aceptarlo: “el dato que se acaba de presentar (el 98%) es del IMSS-Bienestar, de las farmacias y el surtimiento del IMSS-Bienestar, no es del régimen ordinario”.

Y eso que según la estadística del IMSS, una receta “surtida” es aquella en la que la farmacia entregó al menos uno de cuatro medicamentos solicitados. Seguramente por eso desde hace muchos sexenios hay una brecha enorme entre las cifras triunfalistas que históricamente han reportado los gobiernos federales y las denuncias que los derechohabientes hacen en medios de comunicación sobre falta de medicinas.

Lo de ahora profundiza esa mala práctica: maquillar las cifras, esconder la realidad. El presidente López Obrador es el político mexicano que más éxito ha tenido en leer el ánimo de la sociedad, interpretar su coraje y traducirlo en votos. Es un grave error que se desprenda de esa virtud y su discurso en el poder se aleje de la realidad que vive la gente todos los días. Ha pasado en seguridad, ha pasado en crecimiento económico, ahora pasa con la atención en los servicios de salud.

historiasreportero@gmail.com

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