En los pasillos de la política muchos se preguntan por qué López Obrador, con tres años de anticipación, ya dejó claro que su candidata a sucederlo es Claudia Sheinbaum. Se cuestionan si no la está exponiendo demasiado: ya hay adversaria a vencer, los rivales de adentro y de afuera ya saben contra quién dirigir sus baterías.
No es la primera vez que Andrés Manuel López Obrador anuncia con mucha anticipación dónde están sus preferencias. No es la primera vez que muestra sus cartas. En alguna época, a los que quería postular a las gubernaturas los volvía “coordinadores de la defensa del petróleo”. Más recientemente muchos de los “superdelegados” tenían ya el dedo del presidente apuntándolos para convertirse en los aspirantes de Morena a la gubernatura de los estados donde ejercían sus funciones.
¿Por qué AMLO se adelanta tanto? Una primera respuesta es que es su estilo. Pero hay un segundo factor. Ese aroma de soberbia electoral que acompaña al presidente: me alcanza para proteger a Claudia de todos los ataques. Una arrogancia similar la vimos expuesta en la pelea por la gubernatura de Guerrero con el caso Félix Salgado Macedonio. El presidente se aferró y, contra viento, marea, denuncias, feministas de su propio partido, el INE, el tribunal electoral, contra todos, terminó haciéndolo gobernador a través de su hija.
Este verano, el presidente no ha escatimado en señales para dejar claro que Claudia Sheinbaum es su candidata al 2024. Este apoyo tan abierto ha embravecido la marea:
Afuera de Morena, los presidenciables despiertan, la oposición se une y se endurece lo mismo en el Congreso federal que en la Ciudad de México, donde los tropiezos de la jefa de Gobierno se cobran cada vez más caros (a fin de cuentas, la desatención de ella y la polarización de él se unieron para entregarle media ciudad a la oposición). Y los lances judiciales contra Ricardo Anaya están construyendo una figura que la oposición no tenía.
Adentro de Morena, los presidenciables Marcelo Ebrard y Ricardo Monreal han enviado robustas señales de pacto: van juntos, se quedan juntos, o se salen juntos. Estoy seguro de que su jefe ya registró las señales, nomás que él tiene favorita… y ellos no van a jalar con ella.
Falta muchísimo para el 2024. El problema es que el hombre más poderoso de México empezó a hablar de sucesión, lo ha seguido haciendo y en su informe de mitad de sexenio casi se andaba despidiendo.
SACIAMORBOS
¿Será cierto que en una de las últimas reuniones de gabinete de seguridad a las que asistió el consejero jurídico, el presidente se mostró extrañado por el proceder de la Fiscalía General de la República en torno al caso Ricardo Anaya? ¿Será cierto que reclamó que hayan procedido en su contra reviviendo a uno que estaba “políticamente muerto, en los pueblos haciendo sus videos que nadie veía”?
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